Daniel Ortega y Rosario Murillo no han cesado sus ataques contra los obispos de Nicaragua desde que los religiosos criticaron la gestión del régimen en 2018 y lo llamaran a cesar la violencia desmedida contra los opositores. Recientemente, las amenazas de la pareja presidencial han sido de cárcel contra los jerarcas, discursos que preocupan a Estados Unidos, al punto de calificarlos de «peligrosos».
La dictadura acusa a los obispos de organizar, promover y apañar «actos terroristas» en referencia a los sucesos que se dieron en el marco de las protestas sociales. Además, dice que los líderes católicos «respaldan los crímenes de odio». Ante esto, funcionarios del Gobierno de Joe Biden responden asegurando que con sus palabras Ortega «muestra su miedo a las voces independientes de Nicaragua».
El secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, expresó que «la peligrosa crítica de Ortega a los obispos católicos muestra su miedo a las voces independientes de Nicaragua y su voluntad de atacar a todos los disidentes». Estados Unidos también ha sido atacado por Ortega. En su inicio de campaña electoral señaló al país de organizar el «golpe del terrorismo» de 2018.
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El funcionario estadounidense aseguró que continuarán defendiendo la «libertad religiosa y la libertad de expresión en todas partes y apoyamos a la sociedad civil en Nicaragua». Recientemente la administración Biden-Harris afirmó que aumentarán la presión en contra del régimen Ortega-Murillo y lo conducirán al aislamiento internacional, a la vez que incrementarán el apoyo a los ciudadanos en su «lucha por la democracia» en el país.
Daniel Ortega se dedicó a acusar a los obispos y al país norteamericano durante su reciente acto en conmemoración del 142 aniversario del natalicio de la muerte del héroe nacional, Benjamín Zeledón. El dictador expresó que «¿Qué hicieron? invertir millones, trasegar ese dinero a través de diferentes organismos, lavar dinero, delito penado a nivel mundial, y utilizar ese dinero para armar, organizar y lanzarse al derrocamiento del gobierno legítimo».
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Rosario Murillo también ha tenido su turno para atacar a los religiosos tachándolos de «soberbios» y «demonios». La vicemandataria también aseguró que los líderes de la Iglesia católica han patrocinado todos esos «actos terroristas».
«Esas voces altisonantes de seres que dicen ser no solo creyentes, sino pastores, que han alzado sus manos promoviendo discordia, división y respaldando crímenes de odio en este país. Han sido parte de los crímenes de odio porque han bendecido a los terroristas», dijo Murillo en contra de la Iglesia en una de sus recientes alocuciones en medios oficialistas.