Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, advirtió que en Nicaragua se restringen las libertades fundamentales y explicó que quien no es «libre» se aferra al poder, no acoge al adversario y teme al diálogo.
«Para nosotros los nicaragüenses, diría, es fundamental, es necesario, es urgente, incluso, es imprecindible buscar esta libertad interior porque ya podríamos tener grandes obstáculos, dificultades de todo tipo, para ejercer cualquier especie de libertad, aún las más fundamentales y básicas, pero si hemos conocido la libertad interior realmente, a pesar de todo, seremos siempre libres», manifestó el líder religioso, durante su homilía este domingo, 26 de septiembre.
«¡Cuánta necesidad de libertad interior tenemos en Nicaragua! Libertad interior para reconocer con humildad que no solo los de mi lado, de mi grupo, de mi partido, tienen la razón o, más aún, la verdad. Libertad interior para reconocer que solo juntos podríamos construir una gran nación; libertad interior para abrir las cárceles a las ideas de los otros y no tener miedo al diálogo, a la conversación, como también a las divergencias y hasta las contradicciones o diferencias cuando éstas son puestas en la mesa común», continuó señalando desde la Iglesia Catedral San Pedro en Matagalpa.
Las declaraciones de monseñor se dan en medio de juicios políticos contra aspirantes presidenciales y líderes de la oposición, quienes han sido encarcelados por el régimen Ortega-Murillo a las puertas de la elecciones generales previstas para el siete de noviembre del año en curso.
Explicó que las personas realmente «libres» no tienen miedo al futuro, descubren en los otros algo o mucho de bondad. «Libertad interior para no tener miedo al poder o apegarse, aferrarse, a él. Libertad interior para permitirle al otro expresar libremente sus ideas, libertad interior para permitirle al otro manifestar sus ideas sin miedos a lo que vendrá. Libertad interior para comprender que Nicaragua es de todos, que Nicaragua somos todos», enfatizó.
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Indicó que «solo quien es libre interiormente puede rectificar» y convocar «sin prejucios, ni estrategia, ni cálculos. Solo quien es libre interiormente puede decir con sinceridad: yo acojo al adversario y le doy su lugar. Solo quien es libre interiormente podrá ser un hombre, una mujer, que viva para la libertad, que viva en la libertad, y por la libertad porque seguimos recordando la palabra de Dios: para ser libres, nos liberó Cristo».
«Ya no se trata de amar solamente a los de mi familia, a los de mi grupo, a los simpatizantes, a los del clan, ahora se trata de amar a todo hombre, como decía el famoso Gandhi: todo hombre es mi hermano».
En un país con más de 150 presos políticos, monseñor Álvarez, refirió que «la libertad interior traspasa fronteras, límites y hasta murallas (…) el que es libre interiormente no acepta ningún tipo de cadenas externas ¡Cómo va a aceptarlas si ya conoció la auténtica libertad!».