El diario La Prensa se vio obligado a despedir a varios de sus trabajadores, entre los que incluyen periodistas, diagramadores, conductores, técnicos de la rotativa, personal de edictos y clasificados y correctores de texto, como parte de las medidas que ha tomado el diario, después que fue obligado al cierre por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El edificio de La Prensa permanece todavía ocupado por la Policía de Ortega, la que se instaló en el rotativo desde el 13 de agosto, con el argumento de que iniciaría una investigación por «defraudación aduanera» y «lavado de dinero, bienes y activos». En esa misma fecha, el régimen también encarceló al gerente del diario, Juan Lorenzo Hollman Chamorro, quien todavía permanece incomunicado en la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Chipote.
La Prensa no detalló cuántos de sus trabajadores y periodistas serán despedidos y una de las cartas de cesantía a las que tuvo acceso Artículo 66 indica que el periódico se ve obligado a «cancelar el contrato de trabajo que tenía Editorial La Prensa, S.A. suscrito con usted, de conformidad con el Artículo 45 del Código del Trabajo…».
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La carta firmada por la Junta Directiva de La Prensa agrega que «lamentablemente, la situación que atraviesa la empresa a partir del allanamiento realizado a nuestras instalaciones el pasado 13 de agosto nos impide laborar con normalidad y por ello nos vemos en la triste realidad de tomar esta dolorosa decisión».
Se conoció extraoficialmente que además de los trabajadores de La Prensa despedidos, también recibieron su carta algunos periodista del periódico Hoy, un medio popular propiedad de Editorial La Prensa, cuyas publicaciones eran sobre todo en impreso y que, también circuló por última vez el 12 de agosto, por el embargo aduanero al papel impuesto por el régimen sandinista.
Mas tarde se supo que en su totalidad fueron despedidos los trabajadores de las áreas de Finanzas, que incluyó Facturación, Tesorería, Cartera y Cobro, Bodega y Servicios Generales. Además, fue «barrido» todo el personal de la Imprenta Comercial. También habría sido totalmente desactivado el equipo del diario Hoy. «Solo quedaron dos trabajadores del Hoy», indicó una fuente de este medio.
Aunque no se precisa el número exacto de empleados del periódico más antiguo de Nicaragua que serían despedidos, Artículo 66 supo que hay preocupación entre el personal del medio que todavía no ha recibido su carta, por la incertidumbre que les genera la posibilidad de quedarse sin su empleo y por tanto, sin un ingreso para sostener a sus familias.
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El diario La Prensa fue obligado al cierre por las presiones aduaneras y fiscales de la dictadura de Daniel Ortega. El edificio del rotativo fue allanado el pasado 13 de agosto por un contingente de policías que permanecen en las instalaciones sin permitir el acceso de trabajadores del medio de comunicación.
La Prensa cumplió 95 años de existencia en marzo pasado. Desde su fundación, este periódico ha sido blanco de ataques, censura, cierras, bombazos, incursiones armadas, incendios y allanamientos, por parte de las dictaduras de Anastasio Somoza, antes de 1979; y sandinista durante la década de los 80 y en la actualidad.
El director mártir de La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, fue asesinado el 10 de enero de 1978 por un sicario somocista, lo que desató la rebelión contra el dictador de la época, que desembocó en su derrocamiento en julio de 1979, cuando se instaló el que luego se convertiría en el nuevo verdugo de la libertad: Daniel Ortega Saavedra, el nuevo dictador sandinista del país, que todavía gobierna en Nicaragua.
No fue “un sicario Somocista” como escriben ustedes, lean la historia, el asesinato del Dr. Chamorro es un asesinato que aún no se ha esclarecido