Estados Unidos, por medio de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado, denunció este viernes, tres de septiembre, el «silencio» de las autoridades naconales ante la masacre perpetrada por colonos armados en contra de grupos indígenas mayagnas y miskitos en el Caribe Norte de Nicaragua.
El país norteamericano demanda una investigación «rigurosa y transparente», además de rendición de cuentas, sobre el ataque ejecutado el lunes, 23 de agosto, contra los pueblos originarios en Kiwakumbaih Hill, en el territorio Sauni As, Caribe Norte; lugar donde el Ejército de Nicaragua ejerce «labores de seguridad». La masacre dejó como resultado 13 indígenas torturados y asesinados, entre hombres, mujeres y niños.
«El silencio ante tal barbarie es simplemente inaceptable en una sociedad civilizada», señala la Oficina para los Derechos Humanos, que se suma a la denuncia hecha por otros organismos defensores de derechos humanos nacionales.
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El Centro de Asistencia Legal a los Pueblos Indígenas (Calpi) denunció que «durante la masacre, dos mujeres indígenas, fueron agredidas sexualmente frente a otras víctimas y sus cuerpos quedaron desnudos. Una con las iniciales K.G., tenía 31 años, y su cuerpo también fue desmembrado. La otra mujer, con iniciales B.C., era una mujer de 42 años, cuyo marido fue asesinado delante de ella».
Por más de una década los comunitarios indígenas han denunciado la invasión de colonos en sus tierras, violaciones y asesinatos, todo esto sin tener intervención de las autoridades. Los lugareños han denunciado que pareciera ser que existe un vínculo entre los colonos y las autoridades municipales.
Calpi denunció el sábado, 28 de agosto, que solo este año se han registrado cuatro ataques contra los pueblos indígenas miskitu y mayangna del Caribe nicaragüense en la Reserva de Biósfera de Bosawás. «El 22 de enero, en la comunidad de Karah Wilú, en Tubuyna Hill, tres guardabosques indígenas resultaron heridos con armas de fuego de alto calibre; el 4 de marzo en la comunidad de Kimakwas, dejando heridos a dos miembros de la comunidad; el 10 de mayo, en la comunidad de Silamwas, dos de los miembros de la comunidad fueron heridos», señala el organismo.
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Lugareños aseguran que la invasión es por intereses económicos, pues en la zona se ejerce el trabajo de minería y las tierras bien pueden ser explotadas por quienes luchan por apropiarse de ellas.
«En casi una década de ataques no ha habido una sola persona detenida o procesada por estos actos», denuncia la organización en defensa de los pueblos indígenas, Calpi. Aseguran que los niveles de violencia y racismo están permitidos por la impunidad que enfrentan, esta a su vez, es generada por la impunidad que enfrentan como consecuencia de la discriminación estructural de las autoridades.
Las organizaciones que han denunciado esta masacre, ahora junto a Estados Unidos, solicitan a la Policía Nacional, Batallón Ecológico del Ejército y a la Fiscal General de la República investigar los hechos y controlar este tipo de situaciones que sufren los pueblos indígenas.