Los dirigentes de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) Lesther Alemán y Max Jerez, luego de 58 días detenidos arbitrariamente, recibieron la visita de sus familiares en las cárceles de la Dirección de Auxilio Judicial «Evaristo Vázquez», conocida como «El Nuevo Chipote», después que el aparato represivo de Daniel Ortega y Rosario Murillo autorizara el encuentro.
Lesbia Alfaro, madre de Lesther Alemán, fue quien se reunió con el líder juvenil, mientras que a Jerez no pudo verlo su madre Heydi Meza debido a su delicado estado de salud. A ambos jóvenes opositores, el Ministerio Público los está investigando por los supuestos delitos de «realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación del país» bajo la normativa 1055, ley que utiliza la dictadura Ortega-Murillo para encarcelar a la oposición por supuesta «traición a la patria».
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Al igual que a los once de 34 rehenes políticos encarcelados desde mayo 2021, los cuales sus familiares han podido visitarlos; los dirigentes de AUN se encuentran bien en medio de lo que están padeciendo, aunque más delgados y pálidos, aseguran familiares.
«Hasta ahora no se le has permitido acceso a sus abogados, a pesar de que Max (Jerez) ha tenido dos audiencias, una de ellas a altas horas de la noche en El Chipote», detalló el comunicado emitido por la Alianza Universitaria Nicaragüense.
Por otra parte, la organización juvenil resaltó que «Jerez pasó 40 días completamente aislado, mientras que a Alemán no le han permitido horas del sol. Ambos han sido sometidos a interrogatorios intensos y recurrentes».
La Policía al servicio de Daniel Ortega el cinco de julio allanó la casa de seguridad en donde se encontraba el universitario Max Jerez, presidente AUN y miembro de la Alianza Cívica. En simultáneo, las fuerzas policiales también irrumpieron en la vivienda familiar y secuestraron al líder universitario Lesther Alemán, dirigente de AUN y uno de los rostros opositores conocidos por su aparición en aquella mesa del Diálogo Nacional, en el 2018, donde enfrentó a Daniel Ortega y le gritó una frase que le significaría la peor afrenta al dictador: «¡Ríndase!».
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Desde finales de mayo, el dictador ordenó el arresto de más de 30 liderazgos opositores, capturó a siete aspirantes presidenciales, empresarios, estudiantes, campesinos, exdiplomáticos, periodistas y una defensora de derechos humanos. Todos están detenidos por supuestamente violar la Ley 1055, instrumento jurídico creado para inhibir a cualquier disidente de las órdenes del régimen.
