El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), la principal organización del capital nicaragüense, parece estar cediendo ante el miedo que le provoca la represión de la dictadura Ortega-Murillo. Desde hace aproximadamente tres meses mantiene absoluto silencio y su presidente, Michael Healy, quien en el 2018 se mostró como uno de los más altisonantes opositores al régimen, llegando incluso a amenazar con a salir a hacer tranques con maquinaria agrícola, se decidió por mantener un muy bajo perfil y ni siquiera aparece en público.
A partir de este martes 17 de agosto, la organización empresarial empezó una campaña a través de redes sociales tratando de justificar la indiferencia en la que está sumida y asegura que con con su silencio también se está expresando contra la dictadura.
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Una foto-arte hecha circular a través de las redes sociales oficiales del Cosep indica que «cada palabra comunica y cada silencio también» en clara pretensión de justificarse ante la opinión pública que ha reclamado a los empresarios que se pronuncien ante los atropellos y violaciones a los derechos humanos y políticos que el régimen ejecuta a diario contra la oposición y la ciudadanía nicaragüense en general.
Desde su llegada a la presidencia de la organización empresarial, Michael Healy se tornó menos accesible para la prensa que su antecesor, el ahora preso político de la dictadura, José Adán Aguerri. Poco a poco fueron apagando los canales de comunicación con el periodismo hasta que finalmente el Cosep enmudeció por completo, pese a que el dictador Daniel Ortega ha arremetido contra ese gremio, de palabra y de echo, los ha llamado ladrones, avaros y ha metido a la cárcel a empresarios como el propio Aguerri, al gerente ejecutivo del Banco de la Producción (Banpro), Luis Rivas Anduray, y el empresario televisivo y político Miguel Mora, quien es afiliado de AMCHAM.
Asimismo, representantes de decenas de empresas privadas, incluyendo a Casa Pellas, perteneciente al emporio empresarial de una de las familias más ricas del país, han sido citados a la Fiscalía para ser interrogados, vinculados al caso de supuesto lavado de dinero contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro y FUNIDES. Ante tales atropellos, el Cosep y Healy, siguen callados.
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El más reciente ataque de la tiranía contra la empresa privada fue ejecutado el viernes 13 de agosto, cuando la Policía, subordinada directamente a Ortega, se lanzo en un operativo de allanamiento contra Editorial La Prensa, donde se robaron equipos informáticos y secuestraron al gerente general de la institución periodística, Juan Lorenzo Holmann Chamorro. El gremio empresarial no emitió ni un suspiro.
Los empresarios privados organizados en esa agrupación han sido criticados por el compadrazgo que sostuvieron con el régimen de Daniel Ortega desde su llegada al poder en el 2007, cuando establecieron una ventajosa alianza llamada «de diálogo y consenso» mediante la cual los empresarios, apoyados por el Gobierno, hicieron jugosos negocios durante 11 años que les dejaron millonarias ganancias y se hacían de la vista gorda mientras el dictador sandinista carcomía poco a poco los pilares democráticos para consolidar su tiranía.
Cosep Tiene miedo
Recientemente, la expresidenta del defenestrado partido político Ciudadanos por la Libertad (CxL) Kitty Monterrey, en declaraciones a un canal de televisión de Costa Rica, país donde está exiliada desde el 10 de agosto, al referirse al silencio del Cosep, dijo que los empresarios tienen miedo y que algunos no han hecho nada por oponerse a los desmanes de Ortega.
«Yo soy proempresa privada, obviamente. Sin embargo, sé que ha habido enormes dificultades, están sujetos a enormes presiones y para decirlo de manera más sincera y franca, tienen temor, tienen miedo. Que si ese miedo ¿los va a llevar a tomar posiciones concretas? Yo no lo sé, no soy empresaria. Hay mucho miedo y temor en Nicaragua», dijo Monterrey
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La dirigente política agrego que «el empresario es empresario para hacer dinero, eso no significa que no haya de todo como en todos los sectores de la población. Hay empresarios buenos que realmente han hecho lo posible por ayudar. Hay otros que quizás no, otros del todo, otros no tanto. Quizás esto va a servir para entender que lo primero que debe defenderse en un país es la democracia y la institucionalidad. Y ese fue el gran error, que no se supo defender a tiempo y por eso estamos en la situación que estamos. Espero que sea lección para todos», dijo en clara alusión al matrimonio económico del Cosep con le dictadura de los Ortega-Murillo entre 2007 y 2018.
Defensor de derechos humanos: Cosep calla pero el pueblo no
El director ejecutivo del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca más, Gonzalo Carrión, consultado por Artículo 66 sobre la posición de mantenerse callado asumida por los empresarios privados de Nicaragua, dijo que ese silencio no opaca la voz del pueblo que decidió hablar a partir del 2018 pidiendo democracia y libertad.
«Los mejores argumentos se expresaron a partir de abril del 2018. Si de argumentos se trata, el pueblo de Nicaragua no se ha quedado callado. La esperanza de la libertad proviene del pueblo y ese es el mejor argumento. Quienes lo perdieron todo, su vida y su libertad, esos son los argumentos frente a la feroz persecución. Si el Cosep decido quedarse callado esa es su opinión», dijo el defensor de derechos humanos que al igual que más de cien mil nicaragüenses han marchado al exilio para ponerse a salvo de la dictadura.
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