En un nuevo episodio nada diplomático, la dictadura nicaragüense de Daniel Ortega y Rosario Murillo insultó al gobierno español llamándolo «arrogante, jactancioso, falso, rabioso y ridículo» en respuesta a la carta enviada por Madrid donde rechazaron de forma «tajante» los señalamientos de Nicaragua, que calificó de «graves, infundados y gruesas falsedades».
Nicaragua acusó a España el 10 de agosto de incumplir «continuamente con los derechos de sus pueblos a la autonomía o a procesos autonómicos de Independencia, que tanto sufrimiento han costado ya, a familias enteras de pueblos que se niegan a seguir siendo sometidos a arbitrarios dictados monárquicos».
A raíz de esa comunicación, España llamó a su embajadora María del Mar Fernández-Palacios a consultas. «Nicaragua atraviesa una profunda crisis política, económica y social desde hace ya más de tres años que se ha agudizado en las últimas semanas como consecuencia del recrudecimiento de la represión por parte del gobierno del presidente Daniel Ortega contra actores políticos y sociales de la oposición, así como contra medios de comunicación independientes», enfatiza el comunicado 066 del gobierno español.
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El orteguismo señala en la nueva nota dirigida al Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino de España que en vista de la «reiterada intromisión en asuntos nuestros, de inauditas pretensiones coloniales a 200 años de Independencia, ratificamos y ampliamos lo dicho ayer (martes, 10 de agosto), exigiendo igualmente a ese reino, cumplir con todas sus obligaciones en términos de Derechos Humanos y democracia, en un marco legal no represivo, que garantice los procesos sociales, políticos, electorales y ciudadanos, en esa España que luce tan arrogante, jactanciosa y falsa».
La nota oficial de Nicaragua tiene el estilo característico de Murillo, con su lenguaje de odio, insultos, vulgar y faltas ortográficas, al referirse a los gobiernos que han denunciado las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses en el contexto de las protestas sociales iniciadas en abril de 2018.

«El día llegará en que sus rabiosas, ridículas, altisonantes y falaces voces darán lugar a otras, fraternales, respetuosas, y verdaderas. Estamos seguros de que un mundo mejor es posible, y para eso trabajamos, ¡y vamos!», finaliza la nota de Nicaragua.
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Murillo, en reiteradas ocasiones, ha insultado a los gobiernos de Estados Unidos, Costa Rica y España en sendas declaraciones de mediodía, a través de los medios de comunicación de su familia, actos oficiales y en notas oficiales de la Cancillería, aunque estas últimas sean firmadas por el canciller Denis Moncada.
El nueve de agosto, Rosario Murillo informó que Nicaragua llamó a consultas sus embajadores en Argentina, México, Costa Rica y Argentina, en «reciprocidad» por el retiro de los representantes de los cuatro gobiernos en cuestión, tras una feroz cacería de opositores, entre ellos siete precandidatos presidenciales. En un nuevo episodio diplomático, Murillo los tildó de «intromisorios, injerencistas e irrespetuosos» a los cuatro gobiernos.
También acusó a los gobiernos de Argentina, México, Costa Rica y Colombia de ser seguidores de «potencias colonialistas, imperialistas y destructora» en clara alusión a Estados Unidos, a quien recientemente llamó «imperio del mal».