En la homilía de este domingo, ocho de agosto, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, exhortó a ser realistas y afrontar las dificultades y adversidades que se originan por la opresión de gobiernos crueles.
Basado en la historia del profeta Elías, quien tuvo que huir de su tierra por las amenazas de Jezabel, esposa del rey Ajab, que se caracterizaba por su autoritarismo, crueldad y su constante manipulación de la religión, Báez enfatizó, en alusión a la vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo; que actualmente es lo que viven muchos ciudadanos a manos de tiranías.
«Un día el profeta Elías fue amenazado de muerte por la poderosa reina Jezabel, que era una mujer ambiciosa y desalmada. El profeta tuvo miedo y se vio obligado a huir al desierto para poner a salvo su vida (…) No solo tiene miedo de la reina, sino que siente que su misión ha sido inútil. Tiene la impresión de que su ministerio profético ha servido de poco, se da cuenta de que las cosas no han cambiado y que ahora hasta su vida está en peligro…», dijo el jerarca en sermón que pronunció desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, en alusión a los discursos de odio y amenazas de Murillo contra líderes de la Iglesia católica de Nicaragua.
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El obispo resaltó que lo que le ocurrió a Elías «nos puede pasar a todos». «Hay momentos en la vida en que nos abruman las dificultades, los frutos conseguidos no corresponden al esfuerzo hecho, nos sentimos dominados por el cansancio y tenemos deseos de abandonarlo todo», subrayó, agregando que «también en las luchas sociales, muchas veces nos desanimamos, percibimos que las estructuras injustas de poder son invencibles, nos contagiamos del sentimiento de impotencia que se va instalando en el corazón de muchos y hasta surge la tentación de olvidarse de todo».

Ante las adversidades que afrontan cada día los ciudadanos que se han acrecentado desde el estallido social de abril de 2018, el obispo auxiliar de Managua mencionó que «en esos momentos hay que ser realistas y afrontar las dificultades, pero sin agrandar los problemas ni propagar un sentimiento de derrotismo».
El religioso animó a la feligresía a seguir luchando, porque «cuando las cosas se vuelven oscuras, la historia indescifrable y el futuro incierto, es cuando más despiertos debemos estar. Se necesita serenidad y lucidez».
«Se debe seguir luchando»
En clara referencia a los exiliados y a la represión que se vive en Nicaragua, el religioso, que también vive un exilio forzado, refirió que pueden «bajar los brazos momentáneamente, pero no en modo definitivo».
«Podemos incluso abandonar nuestra tierra, como Elías, para poner a salvo la vida, pero sin desesperar», refirió, llamando a eliminar «la sensación de fracaso y el sentimiento de impotencia se instalan en nuestra vida nos debilitamos, se nos seca el corazón y se nos oscurece la mente».
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Siguiendo el relato del profeta Elías, quien se hastió de la vida y se hundió en el fracaso, Báez indicó que esa historia enseña que «nunca estamos solos en esos momentos tan duros. Hay siempre una fuerza misteriosa que desde dentro nos empuja a continuar y nos invita a no rendirnos».
«En el momento de la persecución, Dios no se pone de parte de Jezabel, la reina malvada y criminal, que se servía de la religión para someter al pueblo. Dios acude en ayuda de su profeta. Como una madre amorosa, Dios cuida siempre de sus siervos fieles», recalcó.
Báez remarcó que Dios es más fuerte que las amenazas y las acciones perversas de las fuerzas tenebrosas de la opresión y la muerte. «Hoy la Iglesia no teme cuando es atacada o perseguida y se mantiene fiel a su misión con el auxilio de Dios que nunca la abandona».