El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, calificó de «piezas de un ajedrez» a los partidos colaboracionistas del régimen de Nicaragua, quienes están legitimando las eventuales elecciones presidenciales del siete de noviembre con su participación. Daniel Ortega pretende «atornillarse» en el poder usando a sus grupos satélites para asegurar que hubo pluralidad.
«Una vez más han demostrado sin ninguna vergüenza que no son más que piezas en un ajedrez a favor de los intereses de otros; demostrando también que no les interesan los bienes de la patria, el bien común».
Álvarez enfatizó que «ciertamente hay quienes se prestan a los juegos e intereses de fuerzas de poder, perdiendo toda dignidad política, todo resquicio que pudo haberles quedado de sostenerse, aunque fuera mínimamente como una posibilidad política».
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El obispo señaló que no se debe perder la esperanza y llamó a «los nicaragüenses (a mantener los) grandes ideales, ideales de libertad, a los que no renunciamos, porque no es una dádiva, un regalo de nadie, sino un derecho universal y divino que nos asiste».
«Nos pueden quitar, pero no nuestra vocación de paz»
La exhortación de monseñor Rolando Álvarez llega luego que el seis de agosto el Consejo Supremo Electoral (CSE) cancelara la personalidad jurídica del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), a petición del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), tildado de aliado del régimen.
«Jesús vino para dar la vida en plenitud. Los nicaragüenses, sin embargo, cada vez más asistimos a situaciones que socavan la vida en plenitud a la que tenemos derecho», recalcó.
Ante las acciones en contra de CxL, que se consideraba la única vía partidaria para dar la pelea en las urnas a Daniel Ortega, Álvarez dijo que es hora de afirmar que «nos pueden quitar todo, pero no nuestra vocación a la paz, a la justicia, a la libertad, nuestra vocación al civismo, a la unidad interior que cada día es más fuerte entre los nicaragüenses católicos y no católicos, creyentes y no creyentes, escépticos y agnósticos; eso no nos lo pueden quitar nada ni nadie».
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«Para ser libres, nos liberó Cristo y mientras mantengamos viva la certeza que somos un pueblo unido en sus anhelos por una Nicaragua institucional, habrá esperanza», agregó.
El religioso concluyó animando al pueblo de Nicaragua a seguir firmes «mirando a lo alto, porque de ¿dónde nos vendrá el auxilio? El auxilio nos viene del Señor que hizo el cielo y la tierra».
Muy sierto.