Monseñor Rolando Álvarez, durante su homilía en la parroquia San Juan María Vianney, en Matagalpa; se refirió a las amenazas que ha vertido la pareja presidencial de Nicaragua en contra de los sacerdotes y obispos.
Álvarez expresó que Rosario Murillo y Daniel Ortega pretenden «herir» el corazón de los pastores, asegurando que esta misión es de las más difíciles porque hay ataques, hay ofensas, hay calumnias».
El obispo manifestó que «el demonio que es inteligente y usa por supuesto su inteligencia para el mal, sabe que si hieren el corazón del pastor lo debilitan y debilitado el pastor se debilita el pueblo, se herirá al pastor y se dispersan las ovejas, son ataques demoníacos que buscan, escúchenlo bien, herir al pastor pero van sobre todo dirigidos a herir el corazón del pastor porque si hieren el corazón del pastor, el pastor se debilita y si se debilita el pastor, se debilita al pueblo».
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Durante el sermón, el jerarca, que se ha caracterizado por ser uno de los más críticos al régimen, aseguró que «son ataques demoníacos que quieren callar al pastor», aseverando que los ataques se deben porque la Iglesia católica dice la verdad.
«Porque en momentos tan difíciles en la historia hay que decir la verdad, hay que decirlo, el pueblo solo se queda con una voz, solo con una, y es la voz del pastor porque el pastor le habla al pueblo pero también habla en nombre del pueblo y a eso le tiene miedo el demonio, porque cuando el pueblo aún habiéndose quedado sin ninguna otra voz más que la voz del pastor, ese pueblo tiene un corazón, un espíritu, una mente, una fuerza interior unida y como el demonio es división quiere destruir esa unidad», añadió el obispo.
Recientemente la vicepresidenta Rosario Murillo arremetió en contra de los sacerdotes llamándolos «iracundos, amargados y perversos». Ortega no se queda atrás con las ofensas y ha tildado a los pastores católicos de «fariseos», manifestando que «Cristo los llamó fariseos cuando los encontró en el templo y los sacó a latigazos. Los fariseos no han desaparecido, ahí andan bien vestidos hablando como si fueran santos, y lo que se encuentra es la inmundicia, donde no hay ningún respeto a Cristo, ningún respeto a Dios».
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Por su parte, el cardenal Leopoldo Brenes ha respondido a estos calificativos, asegurando que los sacerdotes y toda la Iglesia católica esta preparada para afrontar las represalias que podrían venir de parte del régimen. Aseguró que actuarán «como en los años 80» cuando en su primera administración los sandinistas atacaron a la institución religiosa.
