La pareja dictatorial Ortega-Murillo no parece interesada en realizar su acto anual en celebración a la fecha más importante del sandinismo, el 19 de julio, la oportunidad más emblemática en la que Ortega se da su baño de masas, y cuando conmemoran el derrocamiento, mediante una insurrección popular, del dictador Anastasio Somoza. Según se lee en la campaña que desarrollan, alusiva a ese día, están llamando a sus seguidores a celebrar desde sus casas, poniendo fin, de esa manera a 41 años consecutivos del acto masivo en el que han procurado mostrar su músculo político.
Para la dirigente feminista del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) Violeta Delgado y el defensor de derechos humanos Gonzalo Carrión, quienes fueron parte del proyecto sandinista en los años 80, con esa campaña de «Cada casa es una plaza», los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, parecen indicar que no habrá concentración en la plaza Juan Pablo II, y ni siquiera el acto cerrado en la plaza de la Revolución, como lo hicieron el año pasado.
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Esa suspensión del acto conmemorativo del 19 de julio, según analizan Delgado y Carrión, solo podría tener dos causas, o la pareja dictatorial tiene miedo a que sus propios seguidores, que gritan dar la vida por ellos, los contagie con COVID-19, pese a que sí promueven actividades de aglomeración donde exponen a la población y principalmente a sus simpatizantes, o les da pánico la posibilidad de no lograr convocar a suficiente gente y exponer a la opinión publica lo que en realidad ya se conoce, sobre la pérdida de apoyo popular aún dentro de su llamada militancia histórica.

La activista feminista Delgado recordó que, a lo largo de los últimos 15 meses, mientras a nivel global se declaraba alerta epidemiológica por la pandemia, el Gobierno de Nicaragua ha insistido en negar el nivel de contagios, subregistran los casos de enfermos y defunciones, y no toman ninguna medida para limitar la propagación. Además, no se suspendieron las clases presenciales, ni se limitó la circulación. Tampoco se dispuso la obligatoriedad a portar cubrebocas; muy por el contrario, sistemáticamente se ha convocado a actividades masivas, se ha celebrado fiestas patronales y procesiones religiosas, incluso, contradiciendo las orientaciones de la Iglesia Católica, también han organizado eventos deportivos y culturales masivos como conciertos y festivales.
«De manera que, aunque me parece una buena noticia el echo de que no obligarán y expondrán a empleados públicos y a sus militantes a concentrarse masivamente el 19 de Julio, y exponerse al contagio, no deja de ser contradictorio que se use esa excusa, luego de haber tenido un comportamiento displicente e irresponsable en la prevención de la pandemia», opinó la dirigente del MAM.
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Señaló que nunca antes, incluso, durante los peores momento de la guerra de los años 80 o durante los 90, cuando pudieron haber expuesto la falta de recursos, se suspendió la conmemoración del 19 de Julio.
«La ultima comparecencia pública de Ortega y Murillo durante la conmemoración del natalicio de Carlos Fonseca se dio, bajo un estricto protocolo de seguridad y aun así, todos fuimos testigos, de la actitud nerviosa de la pareja».
Agregó que, «es evidente que las mutaciones que el virus ha tenido, conllevan que incluso personas que han sido vacunadas deben de continuar manteniendo medidas de seguridad, que ellos se han negado a respetar y han obligado a otros a no hacerlo. Con toda seguridad, esa información y ese riesgo ahora sí ya les ha significado real. Es una lástima que centenares de nicaragüenses, incluido el personal médico, se haya tenido que exponer antes que ellos (Ortega – Murillo) llegaran a esta conclusión».
La dictadura está temerosa.
Asimismo, según Delgado, otro de los factores que podría estar influyendo para que Daniel Ortega y Rosario Murillo estén suspendiendo, por primera vez en la historia, el acto del 19 de julio es el temor que tienen a una reacción popular en repudio al sandinismo.
«Estoy totalmente convencida que de parte del pueblo azul y blanco no se dará ningún acto que conlleve violencia y que la búsqueda de la justicia y la libertad debe de lograrse a través de vías pacificas. Pero aparentemente, los aparatos de seguridad cuentan con información, que el resto de nicaragüenses desconocemos», señaló la defensora de los derechos de la mujer.
Recalcó que, «aunque es evidente también la drástica reducción de sus simpatizantes, desgraciadamente siempre cuentan con el empleado público secuestrado, amordazado y obligado a marchar, rotondear, exponerse, aun en contra de su voluntad, siempre han apostado a llenar las plazas con ellos y con el uso indiscriminado de los recursos públicos».
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Por su parte, el abogado defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, coincidiendo con Delgado, dijo que para que los sandinistas estén suspendiendo, por primera vez en la historia, el acto de celebración de su fecha más importante tiene que ser por un motivo que acentúa con creces sus temores.
«Me limito a decir que la pandemia no ha sido un obstáculo para la dictadura, sus caprichos y obsesión irresponsable los ha llevado a impulsar aglomeración, exponiendo a muchos, incluyendo a sus simpatizantes. Entonces, las razones son sobre todo políticas. Seguramente tienen graves problemas de convocatoria y otros líos internos», dijo el abogado que se encuentra en el exilio, obligado por la represión del régimen contra los organismos defensores de derechos humanos.
El las redes sociales y grupos de WhatsApp sandinistas circulan artes alusivos al 19 de julio pero solo aluden a que «cada casa es una plaza» e invitan a los sandistas a celebrar desde sus viviendas. En otros artes anuncian que el 19 de julio será feriado y desde la noche del 18, habrá un show de fuegos artificiales en la Plaza de la República y que será transmitido en vivo por el estatal canal 6 de televisión. La vicedictadora Rosario Murillo tampoco ha mencionado en sus monólogos diarios, ninguna concentración para la fecha sandinista.
El año pasado, ya menguado en su nivel de convocatoria, Ortega apareció únicamente rodeado de la jefatura del Ejército y la Policía, uno que otro funcionario fiel y un círculo de jóvenes vestidos con camisetas blancas que le aplaude, en un redondel que flanqueaba una extraña figura de estrella, que para muchos tuvo distintas lecturas, pero en general, relacionadas con el esoterismo que practica la primera dama.
Cobardemente quieren esconder el hecho de que nadie los quiere ya, que son repudiados por la mayoria del pueblo y que, ciertamente, tienen miedo!!! El miedo es y sera siempre su peor enemigo.