La izquierda europea tomó distancia de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo y a la vez reprochó duramente la represión desatada en Nicaragua, la que tildó de «clara violación a los derechos humanos» a la vez que exige la libertad de las dirigentes políticas opositoras y activistas feministas detenidas arbitrariamente.
En una carta dirigida por varios dirigentes de la izquierda a la embajadora de Nicaragua ante la Unión Europea, le expresan su preocupación por la crisis en Nicaragua y le restriegan a los Ortega-Murillo que, aunque se esconda tras una «perversa retórica de antimperialismo o la cuestión de Soberanía», no pueden ocultar que se han alejado por completo de todo propósito emancipador.
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«Señora Irana Venerio Fernández, embajadora extraordinaria y plenipotenciaria de Nicaragua ante la Unión Europea: Nos dirigimos a usted en nuestra calidad de representantes públicos, para expresarles nuestra profunda preocupación, por la situación política, crisis de derechos humanos y degradación del derecho a la protesta que viene sucediendo en Nicaragua desde el levantamiento popular contra Ortega-Murillo en el 2018», dice la misiva.
Los izquierdistas europeos recuerdan que en abril de ese año, la juventud, hombre y mujeres autoconvocados, enfrentaron una «represión sangrienta que dejó más de 300 muertos por la violencia de la Policía Nacional, y grupos parapoliciales, miles de heridos y centenares de personas detenidas mientras más de cien mil se exiliaron. Actualmente hay más de 134 presos y presas políticas y el éxodo hacia el exilio no se detiene».
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«Hemos dado seguimiento a la situación política estos años y hemos visto cómo la movilización popular ha exigido una solución pacífica y unas condiciones que garanticen elecciones libre, tal como la liberación de los presos políticos y el establecimiento de mecanismos para el respeto de la voluntad popular y de los derechos civiles y políticos de la población, pero el Gobierno no solo ha ignorado estas demandas, sino que ha profundizado en una estructura institucional que legitima la represión y la criminalización de las protestas a través de leyes como la Ley de Agentes Extranjeros, la Ley de Ciberdelitos o la Ley de Derechos del Pueblo a la Independencia, la Soberanía y la Autodeterminación para la Paz», denuncian los dirigentes de la izquierda.
Recalcan que es precisamente la llamada Ley Soberanía la que ha servido al Gobierno para detener arbitrariamente a voces críticas con la consolidación autoritaria del Ortega.
Los antiguos aliados de Daniel Ortega en el viejo continente, le reprochan que haya ordenado la detención de líderes feministas como Dora María Téllez, Ana Margarita Vigil, Suyen Barahona y Tamara Dávila, las cuatro, dirigentes del centroizquierdista partido (sin personería jurídica) Unión Demócrata Renovadora (UNAMOS), otrora Movimiento Renovador Sandinista (MRS).
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«Nos preocupa especialmente la situación de las feministas presas pues bien sabemos que la persecución gubernamental contra el movimiento ha sido especialmente beligerante y que las mujeres sufren agresiones particulares por su género. Embajadora, esta situación se trata de una clara violación a los derechos humanos. No es admisible que se encarcele a Dora María Téllez, Tamara Dávila, Suyen Barahona y Ana Margarita Vigil, por ejercer su legítimo derecho a la protesta, junto a otras mujeres detenidas y presas de forma arbitraria», sentencian los firmantes de la carta.
Finalmente, le espetan al régimen Ortega Murillo que «aunque el Gobierno se esconda tras una perversa retórica de antimperialismo o la cuestión de Soberanía, quienes hemos conocido y sido testigos de los frutos del proyecto sandinista, también hemos sabido reconocer cuando este se alejó por completo de su propósito emancipador. Pero nuestra solidaridad con el pueblo nicaragüense está más allá de cualquier Gobierno. Exigimos que se detenga la represión de Ortega-Murillo, el cese de las nuevas detenciones arbitrarias y las violaciones a los derechos humanos».
La carta, entregada a la embajadora orteguista ante la UE, fue firmada por los eurodiputados de la Izquierda Europea Miguel Urban, Stelius Kouloglou, Malin Bjork, Nikolaj Villumsem, Leila Chaibi, José Gusmao, Helmut Scholz, Marisa Matias, y los del Grupo de los Verdes/Alianza Libre Europea Jordi Solé y Tilly Metz
En su borrachera de poder en que se encuentran, no son capaces de ver cómo están quedando solos. Solo los borregos dentro de su partido los acompañarán al despeñadero adonde se dirigen.