El reconocido escritor nicaragüense Sergio Ramírez Mercado afirmó en una entrevista con el diario argentino El Clarín que en Nicaragua Daniel Ortega ha establecido una dictadura al estilo «más clásico, más tradicional del Caribe» donde ha desaparecido el estado de derecho y ha sido sustituido por leyes represivas donde se pena incluso hasta los aplausos. Ramírez cree que la solución a la crisis política y social que vive el país no debe ser por la vía armada sino por una rebelión desarmada.
«Esto es una dictadura del estilo más clásico, más tradicional del Caribe. Es una dictadura donde el estado de derecho ha desaparecido y ha sido sustituido por leyes de la tradición vernácula de la política. Leyes muy represivas. Se podría hablar de un racimo de cinco leyes, entre ellas la que se está aplicando con mayor frecuencia ahora y que es una ley de defensa de la soberanía nacional. Pena cualquier opinión en contra de la familia gobernante o del régimen bajo la acusación de responder a intereses extranjeros. Si lo veo como novelista, no deja de ser atractivo porque la ley pena incluso el hecho de aplaudir. Dice, textualmente, que es delito “respaldar, promover o aplaudir acciones que socaven la soberanía nacional”. ¡Es la primera vez que veo una ley donde aplaudir está prohibido! En realidad son pretextos legales, un entramado legal represivo que utilizan para reprimir», dijo el escritor al diario El Clarín.
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Agregó que el dictador Ortega se ha visto en una situación que él quería evitar a toda costa, y es la de tener que medirse en unas elecciones con un candidato que pudiera ganarle y desplazarlo del poder.
«Él (Ortega) ha decidido, desde que regresó al poder en el 2006, no perder nunca. Las últimas elecciones (del 2016) fueron un remedo de elecciones y no tuvo ningún problema porque las circunstancias eran distintas: en ese momento hubo un candidato de mentira y nadie cuestionó las elecciones. Pero después del 2018, cuando en Nicaragua se dio esta tremenda represión (a la rebelión popular) donde murieron tantos jóvenes, la situación ha cambiado muchísimo. Entonces tener ahora unas campañas electorales abiertas, donde la gente vote libremente como en cualquier país, es intolerable para Ortega. Me parece que un plan como este, por muy brutal que parezca, tiene sus costos políticos. Yo creo que Ortega sabe que está pagando un costo muy alto. Pero hay costos que ya pagó antes. Está aislado internacionalmente y ni siquiera los aliados naturales suyos en Latinoamérica pueden defenderlo en este momento», explicó el intelectual.
Rehenes políticos para negociar en enero
Consultado sobre la posibilidad de que el dictador nicaragüense acepte un plan de negociación con la mediación internacional de Mexico y Argentina, Ramírez Mercado opinó que Ortega no va a aceptar una mediación en este momento sino hasta despues de las elecciones que está dispuesto a agenciárselas por la vía que sea.
«Si bien es cierto que los presidentes (Alberto) Fernández (de Argentina) y (Andrés Manuel) López Obrador de México, están patrocinando una mediación, Ortega no va a aceptar hasta que no haya llegado al otro lado del río. Sólo la va aceptar después de que hayan pasado las elecciones. Entonces se va a abrir “con generosidad” a decir yo voy a negociar y vamos a negociar los prisioneros. “Generosamente” va a entregar a los rehenes que ahora ha tomado -los opositores detenidos-. Es lo que vemos en gobiernos autoritarios, que toman rehenes y después los entregan. Como hacía Fidel Castro en su momento».
El doctor Ramírez Mercado analiza que los cálculos del dictador incluyen que para diciembre o enero, los actuales presos políticos se van a convertir en un elemento de negociación y ante ello, mucha gente va a respirar tranquila porque liberará a los presos políticos.
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«Lo que quiero decir es que en el terreno internacional el régimen de Ortega y su mujer (Rosario Murillo) saben que no tienen nada que perder. Y que las declaraciones, como la condena que aprobó la OEA, o la que hagan los gobiernos europeos o los Estados Unidos, inclusive, no hacen mella en su poder interno. En la forma como tiene articulado el poder represivo, con el Ejército, la Policía, los grupos paramilitares, las declaraciones no hacen mella. Tampoco en la estabilidad financiera. Él piensa que una vez que gane las elecciones, a su manera, la comunidad internacional lo va a seguir reconociendo diplomáticamente, por mucho que lo critique. Con las elecciones los gobiernos no van a retirar los embajadores, y eso es todo lo que él necesita en este momento. Traspasar el río».
Asimismo, el escritor le dijo al medio de comunicación argentino que los países de la región latinoamericana deberían adoptar una posición firme, y recordar que Nicaragua es parte de un sistema interamericano que está en riesgo por el hecho de que se enraíce mucho tiempo una nueva dictadura familiar, pues esa dictadura conspira contra la estabilidad democrática del continente y advirtió que no es un problema restringido a los derechos humanos, sino un asunto de carácter político, que tiene que ser visto por los órganos políticos interamericanos.
Ortega se cree más poderoso más allá de la muerte
Sergio Ramírez, que fue vicepresidente de Nicaragua haciendo fórmula con el ahora dictador Daniel Ortega, calificó a su antiguo compañero como «un dictador tradicional más de América Latina» y señaló que la metamorfosis de Ortega lo ha llevado incluso a la idea de creerse «absolutamente imprescindibles como otros dictadores al extremo que ni siquiera piensan en su muerte como una posibilidad.
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«Como el emperador de Etiopía, Haile Selassie, cuando Oriana Fallaci le preguntó qué pensaba de la muerte y él le respondió: ¿qué es eso, qué me está preguntando? La idea de la inmortalidad se adhiere totalmente al poder. Y esto hace que una persona diga “sin mí esto es un desastre, esto no va a funcionar”. Por eso yo creo que Ortega no le va a ceder el poder ni a su propia esposa. Aquí no hay sucesión. Él es la encarnación del poder», señaló el ganador del premio Cervantes.
Finalmente, a la pregunta sobre la salida que ve a la crisis, consideró que «la historia de Nicaragua enseña que cada vez que un sistema dictatorial, autoritario se agota y se resuelve por las armas, el patrón se vuelve a repetir y las armas quedan en manos de un nuevo caudillo. ¿Cuál sería el cambio profundo de un país tan pequeño y pobre como Nicaragua? Que la solución no sea por las armas. Que se logre una salida de la dictadura por una transición, con otro medio de lucha como lo que está ensayando la gente ahora. Una rebelión desarmada».
Es desarmada porque se acabó la Guerra Fría. Los USA no tiene sus intereses afectados por Ortega excepto la Libertad y la Democracia desde la moralidad tradicional. Afecte el sr. Ortega los intereses económicos de USA, o proceda a inmiscuirse con organizaciones terroristas, le va a rodar la cabeza a la laguna de Tiscapa en menos de lo que canta un gallo. ‘Tamos claros.
La rebelión desarmada ya empezó en abril 2018: la juventud derramó su sangre, los presos políticos perdieron su libertad, los líderes opositores empiezan a perderla. Y los empresarios, que?
Ya todo está planeado:
. Robo de elecciones si se puede.
. Si las medidas de las organizaciones y gobiernos son muy duras, paralizar el país a causa del covid, por eso han estado promoviendo las actividades y haciendo ver la enfermedad como un ataque de la derecha, así ellos seguirán asumiendo la responsabilidad con el pretexto que el país no puede quedar sin gobierno.