El precandidato presidencial Félix Maradiaga fue detenido por la Policía orteguista minutos después que salió de rendir su entrevista a la que había sido citado en el Ministerio Público donde le abrieron una investigación por supuestos vínculos con el crimen organizado y por violar la Ley 1055, que recientemente aprobó la dictadura para reprimir a la oposición.
Cinco minutos después de salir de la Fiscalía, Maradiaga fue apresado y se conviertió en el tercer precandidato opositor que es privado de su libertad por los Ortega-Murillo a solo cinco meses que se celebren elecciones presidenciales.
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La Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) denunció que Maradiaga se encuentra desaparecido. Asimismo, señalaron que al momento de su captura fue golpeado y resaltaron que el precandidato presidencial corre el riesgo de que lo sometan a torturas.
La comunidad internacional condenó este tercer arresto arbitrario. Estados Unidos señaló como un asalto a la democracia nicaragüense las más recientes acciones de la dictadura, mientras el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, exigió la liberación inmediata de Félix Maradiaga, resaltando que es un nuevo candidato presidencial preso en Nicaragua. «El régimen de Daniel Ortega debe cesar las violaciones de los derechos fundamentales de sus ciudadanos y los principios de la Carta Democrática Interamericana», insistió el diplomático.
En horas de la noche del ocho de junio, los Ortega-Murillo continuaron con la cacería de opositores y ordenaron el allanamiento a la residencia y captura del precandidato presidencial de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) Juan Sebastián Chamorro, según reportaron vecinos del opositor y la propia Policía del régimen que simultáneamente al operativo, divulgó una nota de prensa anunciando el arresto.
Cuatro precandidatos presidenciales, dos opositoras y un expresidente del Cosep, detenidos por el régimen de Ortega.
Chamorro García había sido citado para comparecer al Ministerio Público el nueve de junio, pero la dictadura decidió adelantar la captura. Ese mismo día también dictaron prisión a José Adán Aguerri y Violeta Granera.
Alrededor de las 9:30 de la noche, la información fue confirmada por la propia Policía, a través de un comunicado. «Fueron detenidos Violeta Mercedes Granera Padilla, quien se encuentra bajo custodia policial y José Adán Aguerri Chamorro, trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial Nacional, ambos investigados por realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar la injerencia extranjera en los asuntos internos» y otros cargos establecidos en la controvertida Ley de Soberanía Ley 1055, impulsada por el régimen.
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Rosario Murillo, se «despachó» en ataques a opositores nicaragüenses, y en particular contra el precandidato presidencial Félix Maradiaga, a quienes nuevamente acusó de «terroristas, criminales» y de recibir recursos económicos del exterior para supuestamente fraguar acciones en contra de su administración. «La justicia llega; tarda, pero llega» para quienes se «creen eternamente impunes», celebró Murillo en contra de los opositores.
Acusó al opositor de la UNAB de usar «dinero sucio» destinado a supuestamente apoyar las protestas. «¡Cuánto se han robado! ¡Cuánto no hubiéramos hecho con todo lo que se han robado! Como dice el pueblo: “este montón de ladrones”. Pero no solo ladrones, sino también terroristas y criminales», expresó la vocera gubernamental.
