En su homilía del tercer Domingo de Pascua y día en que se cumplen tres años del inicio de la rebelión de abril en Nicaragua, el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, recordó a través del apóstol Pedro los acontecimientos que tuvieron lugar durante la pasión y muerte de Jesucristo.
Báez aprovechó para pedir por las familias de las víctimas de las protestas. «Pedimos por las familias de los caídos en abril (2018) y los meses subsiguientes. Pedimos también por los presos políticos y sus familiares que sufren con ellos, por las personas desaparecidas, por tantos heridos y lisiados que quedaron después del 2018. Por los exiliados, quienes precisamente por la situación política de nuestra patria estamos fuera del país», manifestó el prelado al inicio de la eucaristía, quien fue llamado a Roma después de recibir amenazas de muerte por su constante denuncia a la dictadura.
El jerarca rememoró que «la gente, manipulada por sus líderes, rechazó a Jesús y pidió “que les dejaran en libertad a un asesino”, a Barrabás». Hizo alusión al proceso judicial en contra del Señor y resalta que Pilato tenía claro que actuaba injustamente porque Jesús era inocente, pero ganaron sus intereses personales y sus ambiciones políticas.
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Báez resaltó que Dios luego resucitó a Jesús. «Dios no resucitó al representante del poder imperial romano, ni a ninguno de los brutales soldados de Roma, ni al sumo sacerdote del templo de Jerusalén, ni a ningún terrateniente de Galilea, ni a ningún rico de la clase alta de los saduceos de Jerusalén. Dios resucitó a Jesús, al Crucificado, a la víctima inocente, al condenado por los poderosos e injustos de la tierra».
Monseñor Silvio Báez, en una de las marchas en respaldo a los obispos de Nicaragua. Foto: END
Con este mensaje, el obispo resalta a los nicaragüenses que en medio de las injusticias que vive la ciudadanía en el contexto de la crisis sociopolítica, Dios está con los que demandan verdad y anhelan justicia.
«La justicia no es negociable y la impunidad es inaceptable a los ojos de Dios», dijo Báez, cuando en Nicaragua algunos políticos que se dicen precandidatos presidenciales han hablado de «aterrizaje suave o salida digna» para la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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Los más de 300 crímenes cometidos en el marco de las protestas también siguen impunes y por el contrario, los operadores de la justicia de los Ortega-Murillo tienen a más de 100 presos políticos, a los que les han «fabricado» delitos comunes para tenerlos listos como una posible moneda de cambio.
«Dios está con los que sufren, con los pobres, los excluidos, de las víctimas. Dios no está de parte de los sistemas políticos criminales e injustos, ni de los poderosos que oprimen a sus pueblos. Dios tampoco está de parte de los jueces que condenan a los inocentes, ni de parte de los testigos falsos. Dios no está de parte de los funcionarios corruptos, ni de los policías que reprimen, ni de los torturadores que humillan y hacen sufrir. Dios está de parte de las víctimas, en quienes se prolonga el dolor del Crucificado del Calvario», remarcó.
Monseñor Silvio Báez junto al padre Edwin Román, de Masaya. Foto: Cortesía
Báez, quien es uno de los religiosos más críticos al régimen por las violaciones a los derechos humanos que ha cometido el orteguismo, recalca que «Dios no abandona a las víctimas» «Recordamos no para odiar y pedir venganza, ni tampoco para reproducir en nosotros los mecanismos criminales del opresor, sino para no repetir las injusticias del pasado y honrar a las víctimas, realizando el ideal por la que ellos ofrendaron su vida», expresó, en un día donde los ciudadanos intentan burlar el asedio policial para recordar a quienes fueron parte de la masacre estatal, situación que además empujó a que cerca de 100 mil nicaragüenses abandonaran el país.
El religioso concluyó su homilía, celebrada en la iglesia Santa Agatha, en Miami, preguntando: «¿Estamos del lado de los que crucifican o de los que son crucificados?, ¿Estamos del lado de los que matan la vida y destruyen al ser humano o más bien entre los que luchan por defender a los crucificados y servir a la vida? La mejor expresión de fe en el Señor Resucitado es no olvidar a las víctimas y ponerse al servicio de los crucificados».
