El cantante norteamericano de música cristiana Danny Berrios oficializó, este viernes, nueve de abril, la cancelación de su presentación en un concierto que organiza el boxeador y simpatizante sandinista Román «Chocolatito» González, el que estaba previsto a celebrarse el próximo 17 de abril, una noche antes de conmemorarse en Nicaragua el tercer aniversario del inicio de la «rebelión de abril», en la que cientos de miles de nicaragüenses se volcaron a las calles en demanda de democracia y en la que perdieron la vida más 300 personas, miles resultaros heridas y decenas de miles terminaron en el exilio.
«A todos mis hermanos nicaragüenses les comunico que he cancelado mi participación en el concierto con Chocolatito que se llevará acabo el 17 de Abril. Dios bendiga a Nicaragua! Los Amo!»., dice un escueto menaje publicado por el artista religioso en su cuenta de Twitter.
Luego que al predicador y cantante publicara ese mensaje, la productora a cargo de sus actividades artísticas, Presencia Music, también emitió un comunicado oficial dando a conocer la suspensión del concierto.
«Luego de extenderle un cordial saludo nos dirigimos usted para comunicarle la decisión de nuestro ministerio de no asistir al concierto que estaba pautado para llevarse a cabo en Managua, Nicaragua el próximo 17 de abril», dice el comunicado de la productora, que al mismo tiempo deja claro que la decisión fue tomada porque «siempre hemos tratado de mantenernos al margen de situaciones políticas, pues entendemos que la iglesia no debe identificarse con un partido o sistema político en particular».
Agrega que «en ningún momento queremos crear malestar para nuestro hermano nicaragüense. Estamos llamados a ser gente de paz en la tierra. Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios», finaliza la carta.
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Desde hace dos semanas, el boxeador González viene anunciado, a través de medios de la propaganda oficialista, dicho concierto que ha sido criticado por organizaciones de victimas de abril y grupos opositores porque suponen que se trata de una clara maniobra el régimen Ortega-Murillo, a través de su simpatizante Chocolatito, para tratar de desvirtuar o desmontar cualquier actividad conmemorativa de las protestas de abril del 2018.
El 18 de abril del 2018, tras varios días de pequeñas marchas y protestas, primero por el incendio de la Reserva Biológica Indio Maíz y luego en contra de las reformas al Instituto Nicaragüense del Seguridad Social (INSS), mediante una «autoconvocatoria» a través de las redes sociales, centenares de estudiantes universitarios y pobladores se lanzaron a las calles en apoyo de los ancianos que reclamaban para que no se reformara el Seguro Social, turbas sandinistas intentaron dispersar la protesta y así inició la rebelión que aún, tres años después, mantiene al país sumido en una constante represión ejercida por la dictadura Ortega-Murillo.
Cada año, para esa fecha, el régimen de Daniel Ortega redobla la presencia policial en las calles y aumenta las acciones de asedio contra los lideres opositores para impedir cualquier actividad conmemorativa en honor de los «caídos» en la rebelión de abril. Por esa razón, diversos líderes opositores consideran que la actividad organizada por González, que incluía la participación del cantante y predicador Berríos, es parte de las actividades que organiza el Gobierno, justamente antes de la fecha «rebelde» para sacar a sus simpatizantes a las calles bajo ese pretexto e impedir la salida de opositores.
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Tras conocerse la participación del cantante religioso en el concierto que organiza Chocolate, con el apoyo de medios de comunicación oficialistas, una lluvia de criticas se dejó caer en las redes sociales de Berríos, al punto que se vio obligado de bloquear su Twitter por varias horas para finalmente anunciar la cancelación de su participación. La entrada a dicha actividad sería gratuita y se realizaría en el Polideportivo Alexis Argüello.
Usuarios de las redes sociales Facebook y Twitter solicitaron a Berrios cancelar el concierto debido a la declarada relación de Román González con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo de quienes el boxeador se declara abiertamente admirador pese a que, tras los sucesos de abril del 2018, están siendo acusada de crímenes de lesa humanidad.