El boxeador Román «Chocolate» González sigue generando controversia entre deporte y fanatismo político, aspecto que le ha valido ya haber perdido gran número de seguidores debido a su declarada adhesión a la dictadura y a su brazo represivo, la Policía Nacional, cuyo edificio central, Plaza El Sol, visitó este fin de semana, y donde declaró sentirse orgulloso tanto del Gobierno como del cuerpo represivo, según informó la propia Policía a través de sus redes sociales.
Román González emitió alabanzas personales a favor del régimen Ortega-Murillo, al que llamó «Buen Gobierno» tal como lo nombra la propaganda oficial dirigida por la vocera Rosario Murillo, y también alabó a la Policía, de la que dijo sentirse «muy orgulloso».
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«Yo me siento bien orgulloso de tener la ayuda del buen Gobierno que está buscando ayudar a tantos jóvenes que están participando en diferentes deportes como el basquetbol, el futbol y el boxeo, y a la misma vez igual a la Policía. Nos sentimos orgullosos y muy contentos, de aportar y luego a la Policía de llevarnos a distintas partes de nuestro país donde tenemos que dar el ejemplo de nuestra Policía Nacional y no solo ayuda al deporte nicaragüense sino a la población», dijo el boxeador.
González llegó al edificio Faustino Ruiz o Plaza El Sol, comando central de la Policía, vistiendo una chaqueta azul con los emblemas del cuerpo armado que sirve al régimen como brazo represivo contra la población que desde abril de 2018 se levantó en protesta reclamando democracia.
El púgil nicaragüense, desde sus inicios en la profesión de los guantes y las cuerdas, ha declarado su simpatía al partido sandinista, que dirige el dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo y ese declarado fanatismo al régimen ha creado una seria mella en sus seguidores, tal es así que miles de nicaragüenses que le critican su adhesión al sandinismo han dejado de seguirlo como deportista y lo rechazan como ente político.
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El reconocido cronista deportivo Edgar Tijerino, una de las voces con mayor peso en la opinión deportiva de Nicaragua, ha dicho que no se tomaría un café con Chocolate González pero sí asistiría a una de sus peleas, en alusión al rechazo que siente por la simpatía política del boxeador hacia el FSLN.
La última pelea de González, realizada el pasado 13 de marzo en Dallas, Texas contra el rival mexicano Juan Francisco «El Gallo» Estrada, fue motivo de división y controversia política en Nicaragua debido a que el régimen Ortega-Murillo lo utiliza como símbolo de propaganda y sus fanáticos lo apoyan con discursos políticos, mientras en la otra acera, los opositores al Gobierno repudian al Chocolate por ser ese símbolo sandinista.
Cronistas deportivos y analistas políticos han considerado que Chocolate González debería ser «al menos neutral» en asuntos políticos de Nicaragua, y quizá una buena parte de nicaragüenses lo admirarían por su calidad deportiva, sin embargo, se ha ganado el repudio y tiene perdido el respaldo de buena parte del pueblo nicaragüense desde que se declaró «fanático sandinista».
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El rechazo popular contra Román González quedó evidenciado durante y después de la última pelea, donde sufrió una doble derrota, perdió su corona en el ring y también perdió la simpatía de gran parte de los nicaraguenses lo que fue notorio en la gran cantidad mensajes y memes virales en redes sociales. En esa velada, el boxeador subió al ring solo con la bandera del FSLN, una camiseta de campaña electoral a favor de Daniel Ortega y Rosario Murillo y con la gorra de la sancionada Policía Nacional.
