A dos años de los acuerdos firmados entre la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la dictadura de Daniel Ortega, en el que se abordó la liberación de los presos políticos, el fortalecimiento de los derechos y garantías ciudadanas; sin embargo el régimen de Nicaragua sigue sin cumplir lo acordado en el segundo intento de diálogo.
«Un gobierno que no cumple con acuerdos firmados en favor del país, es un gobierno mentiroso y demagogo, que pierde su credibilidad y legitimidad para seguir gobernando», expresa la ACJD, quien además refiere que es urgente que se muestren de inmediato acciones en favor del restablecimiento democrático «que demandamos los nicaragüenses».
Para ese grupo, las violaciones a derechos humanos en contra de la oposición en Nicaragua son prueba «fehaciente» que a este régimen orteguista no tiene interés en «la paz ni la armonía de la nación, sino seguir imponiéndose por la fuerza».
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Ante la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua, la Alianza exige al gobierno retomar la resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de octubre de 2020, donde se hizo énfasis en la necesidad de reformas electorales para un proceso electoral justo y equitativo y que además dio un plazo hasta en mayo de 2021, para que Ortega acate las recomendaciones y garantice procesos democráticos.
«El régimen debe convocar de inmediato a los partidos políticos y los sectores de la oposición para definir las reformas que se necesitan para recuperar la confianza en el sistema electoral nicaragüense», refiere la Alianza Cívica, quien actualmente es parte de la Alianza Ciudadana junto al partido político Ciudadanos por la Libertad.
La ACJD hizo un llamado a la comunidad internacional a que continúe con las gestiones y medidas diplomáticas que muevan al régimen de Ortega «a dar una oportunidad a Nicaragua, y encontrar una salida pacífica y cívica a la grave crisis actual, facilitando elecciones libres que permitan recuperar el derecho de los nicaragüenses a elegir sin violencia ni coacción las autoridades de su preferencia».
A menos de ocho meses de unos posibles comicios electorales, donde la dictadura insiste en seguir en el poder, la oposición política de Nicaragua sigue exigiendo reformas electorales y la salida de los presos políticos; sin embargo el régimen sigue sin mostrar voluntad, mas bien persiste en su modelo represivo contra opositores, no permitiendo ninguna movilización ni organización.