El Banco Central de Nicaragua anunció este miércoles, 24 de marzo, proyecciones positivas para la economía nicaragüense, después de tres años de recesión económica. Según Ovidio Reyes, titular del BCN, se espera que el país «retorne a la senda de crecimiento positivo con una tasa de crecimiento de entre 2.5 y 3.5 por ciento».
«Este desempeño favorable también se vería reflejado en una recuperación en el mercado laboral. Así mismo, el proceso de reactivación económica se vería impulsado por el importante incremento en el Programa de Inversión Pública, producto de la reconstrucción de infraestructura dañada por los huracanes Eta e Iota», declaró Reyes durante su presentación sobre el Estado de la economía y Perspectivas a marzo de 2021.
Según Reyes, hasta octubre de 2020, Nicaragua era uno de los países de la región con menores impactos en la producción y el comercio, producto de la pandemia COVID-19; sin embargo, se vio afectado negativamente por los efectos de los huracanes Eta e Iota. Detalló que a partir del segundo trimestre de ese año, el impacto del COVID-19 afectó las actividades relacionadas con el sector de servicios y turismo.

Agregó que en los meses de noviembre y diciembre, los huracanes afectaron las exportaciones y actividades agrícolas y de la pesca y ocasionaron severos daños y pérdidas entre la población afectada. La pandemia impactó fuertemente al turismo que se redujo en un 61.5%, los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) que se redujeron -63.8% y las exportaciones de zona franca (-14.7%), detalló.
Sin embargo para este año, el Gobierno estima «resultados positivos, considerando la trayectoria de recuperación observada al cierre de 2020 y un extorno externo favorable», caracterizado por la reactivación económica mundial, aunque persiste aún la incertidumbre y riesgos de que un rebrote del COVID-19, y sus variantes, vuelva a motivar la adopción de nuevos confinamientos que frenen la recuperación, o la limiten.
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Por otra parte, se proyecta una tasa de inflación entre 3.5 a 4.5 por ciento, mayor respecto a 2020, debido principalmente al crecimiento en los precios internacionales de los combustibles y el aumento de precios de las principales economías. El BCN explica que se están ajustando por la mayor demanda y el aumento de costos originado por la reasignación de la producción y el comercio que sucedió después de la pandemia. Acepta que «el alza de los precios del combustible podría ocasionar un efecto ingreso negativo importante, constituyéndose en un riesgo que podría ralentizar la recuperación económica».