El eurodiputado Javier Nart, vicepresidente de la Delegación para las Relaciones con los países de Centroamérica (DCAM) del Parlamento Europeo, reiteró que si el régimen de Daniel Ortega no garantiza condiciones para la celebración de elecciones democráticas en noviembre de 2021, Europa no reconocerá los resultados.
«Que tenga muy claro el Gobierno (de Nicaragua) que si no se producen cambios fundamentales para que las elecciones puedan ser verdaderamente democráticas, no vamos a reconocer los resultados del “teatro electoral” y por lo tanto, no vamos a reconocer ni la Asamblea ni el Gobierno que salga de una elecciones trucadas», declaró el diputado en una entrevista realizada el jueves, 18 de marzo.
El parlamentario se refirió a las demandas hechas recientemente por una delegación nicaragüense al DCAM en la que demandaron desconocer unas eventuales elecciones fraudulentas y hasta solicitaron sanciones individuales ante dicha amenaza. Nart manifestó que la exposición de los nicaragüenses opositores era de «sentido común» porque la única solución es la vía democrática, «o sea, la voluntad popular y la única fórmula de la voluntad popular son las elecciones que no sean un teatro electoral, sino que sean verdaderamente libres».
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«Lo que se trata de unas elecciones en condiciones verdaderas donde exista libertad, censo controlado, una comisión electoral verdaderamente independiente donde los candidatos puedan presentarse y no ser posteriormente determinados», señaló, ejemplificando a China comunista donde se detemina quiénes son los «buenos» o los malos candidatos a participar en comicios.

En entrevista al programa Platicandito con el periodista Héctor Mairena, el eurodiputado también ejemplificó el proceder de los dictadores Anastasio Somoza de Nicaragua, Francisco Franco de España, y estalinismo de la Unión Soviética cuando se realizaba un «teatro electoral». «El poder lo que no puede hacer es comportarse como Anastasio Somoza», enfatizó.
«Y si es votado Daniel Ortega en elecciones democráticas, lo reconoceremos, porque no se trata de decir quién tiene que ser, quien tiene que decirlo es el pueblo de Nicaragua, no el presidente Ortega y su esposa (Rosario Murillo)», aclaró. Nart puso de ejemplo las elecciones en Bolivia, donde el partido de Evo Morales retomó el poder.
Nart, quien fue corresponsal de guerra entre 1977 y 1984 y apoyó la causa sandinista contra Somoza Debayle de la que ha señalado sentirse orgulloso, también deploró la actitud de algunos grupos europeos que todavía respaldan a algunos llamados gobiernos revolucionarios de América como el de Ortega. Señaló que son sectores que responden a la «ignoracia y autocomplacencia, y mito de que todo lo que sea “aparentemente antiimperialista”, significa que tiene que tener apoyo». «Mantener los viejos mitos y determinar que hay que apoyar procesos falsamente revolucionarios es lo que yo llamo racismo ideológico (…) El antiimperialismo no, sino los derechos de las persnas son prioritarios».

«Nosotros en Europa queremos para Nicaragua lo que queremos para nosotros los europeos. Yo no estabezco dos democracias: española y nicaragüense. Hay algo que a mí siempre me ha repugnado por parte de algunos elementos que, además para colmo de ironía, se llaman de izquierda- cuando la izquierda tiene que ser la vanguardia de la defensa de los derechos humanos- , entonces hay algunos que piensan que en determinados países hay que hacer la revolución hasta el último nicaragüense, el último cubano o el último venezolano (…) Nicaragua se trata de libertad y democracia, qué es lo que tiene que hacer la Unión Europea, apoyar esto, pero no con bellas y cínicas, hipócritas palabras, que signifique sencillamente apaciguar nuestra conciencia, sino requerir al Gobierno de Nicaragua que las elecciones en noviembre tienen que ser elecciones, y para que sean elecciones deben tener mínimos estándares, entre ellos, observación internacional y condiciones básicas».
Resaltó que sandinistas como Dora María Téllez, Mónica Baltodano, Carlos Mejía Godoy, Ernesto Cardenal, Brookling Rivera, Sergio Ramírez, se han retirado y dejado a Daniel Ortega y Rosario Murillo en solitario, entonces «¿quién es el verdadero sandinista? ¿quién es el traidor?». «La izquierda de “charanga y pandereta” es una izquierda capaz de denunciar la barbarie de Pinochet, pero cuando llega Fidel Castro, pues las cosas no son las mismas: (dicen) son desviaciones, errores (justificaciones)». Estos regímenes de América son «populismo y seudodemocracias que producen y mantienen la pobreza», explicó.
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Javier Nart, quien fue parte de la delegación europea que visitó Nicaragua en el contexto de la crisis sociopolítica en el 2018, reiteró su llamado a la oposición nicaragüense a unirse. «No participen de la división (…) los regímenes siempre viven en la división () Vuestra unidad los hará fuerte en Nicaragua y fuera de Nicaragua».
«Estoy convencido que el régimen hará lo posible e imposible para atemorizar y para corromper, yo estoy convencido que comprará personas opositores que se terminarán por vender, pero lo fundamental es que mantenga una «unidad creíble» que significa reinvidicar unas elecciones democráticas… (de lo contrario) el apoyo externo será fragmentado y débil», advirtió Nart.