La vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, está imparable y no ha dado descanso ni un solo día de la semana en sus ataques contra la oposición nicaragüense, y, en especial, a la familia Chamorro. La portavoz del régimen de Daniel Ortega se ha mostrado inquieta desde que Cristiana Chamorro y Juan Sebastián Chamorro afirmaron tener aspiraciones a la Presidencia.
En su intervención a los medios oficialistas de este 11 de febrero, Murillo señaló que hay familias luchadoras y trabajadoras, entre las que se incluye, y dice que esos grupos «nada tenemos que ver con los que nos han saqueado a lo largo de la historia, esos que se creen corona de oro, corona de lata, de latón, de nada, aires en la cabeza, humus de grandeza en la cabeza».
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La también primera dama sancionada por Estados Unidos reiteró que esos opositores, a quienes ella asume como sus enemigos, son los mismos «asaltantes, los saqueadores, no tienen cabida para seguir saqueando, para seguir robando, para seguir siendo desvergüenza, pacotillas, forajidos, asaltantes del bien común. Lo que sí tienen y ojalá Dios lo permita es el derecho a ver dentro de sí mismo, a verse como debemos ser todos, personas que cada día nos examinamos para saber cómo, de un día a otro, podremos haber mejorado aunque sea un poquito».
Murillo lleva al menos 15 días restregando a la administración de Violeta Barrios de Chamorro la venta del deteriorado tren y sostiene que el único objetivo que persiguen es alcanzar el poder para continuar con su afán de «entreguistas y vendepatrias».
Por otro lado, la vicemandataria, que de la boca para afuera habla de «concordia», recordó que «hoy (se) celebran 138 años Jinotepe (de convertirse) de vía a ciudad. Cantidad de eventos “celebratorios” (palabra no registrada en el diccionario, se refiere a celebrar), en ese municipio capital del departamento de Carazo. Pueblo luchador, pueblo bendecido, pueblo donde quisieron los abanderados del odio… (en alusión a las protestas de las que culpa a la oposición), pero no pudieron ni podrán, porque Dios bendice a las familias nicaragüenses»; acontecimiento que tampoco desaprovechó para seguir con sus improperios contra sus adversarios. Jinotepe fue uno de los municipios conta los que mayor fuerza represiva desencadenó el régimen Ortega-Murillo en junio del 2018.
Y como ya se ha hecho costumbre de todos los días en las últimas semanas, la vicedictadora, que dice promover el amor y la paz, quiso cerrar su ataque a los que no comulgan con su ideología y dijo que llama a la reflexión porque «tenemos derecho a hacer el examen de conciencia para ver si el entendimiento, la mente, si el corazón se abre a ver si nos disponemos a amar al prójimo, a servir al prójimo, no a saquear al prójimo, no a vender la patria, no a entregar la patria», destiló Murillo.
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«Si nos disponemos a ser nicaragüenses por gracias de Dios, no nicaragüenses que maldicen el don de Dios, de ser hijos de Nicaragua, de Rubén Darío, de tantos héroes, cada uno tiene la posibilidad de parecerse al creador, es imposible ser el creador pero parecerse sí. Querés parecerte a (Rubén) Darío, a (Augusto C.) Sandino, a (Benjamín) Zeledón o querés parecerte a los traidores a los largo de la historia, con un reducido número de apellidos que ellos consideran ilustres, pero nosotros consideramos vendepatrias, traidores, han saqueado al país y han ofrecido la patria y los bienes de todos al mejor postor que nunca les da nada, además», dijo la esposa de Daniel Ortega que de paso, con su dicho hace recordar que su Gobierno le entregó en concesión por 50 años renovables por 50 más, la soberanía absoluta de una gran parte del territorio nacional a un empresario chino con la promesa de construir el canal interoceánico valorado en 50 mil millones de dólares y que al final no dio ni hizo nada.
Y para remachar su intervención, Murillo, elevando la parada de sus ofensas, mencionó que «el pueblo nicaragüense para desgracia de ellos, no incluyen esas castas entreguistas, aprovechadas, saqueadores, esas pocas personas responden a otra cultura, ven con otros ojos, ignoran y desprecian a los pobres, los ven precisamente como uso, como razón de uso para llenar sus propias arcas», insistiendo en una diferencia de clases y de apellidos. La familia Ortega-Murillo está actualmente entre las más adineradas de Nicaragua, según varias publicaciones especializadas incluyendo la Revista Forbes.
Pobre mujer!!! Tiene el odio metido hasta en la coyuntura d los huesos. Nunca podrá despojarse d ese resentimiento xq nunca podrá borrar la realidad, ella trabajó para los Chamorro. Ella fue empleada d los Chamorro. Ella comió x los Chamorro. Y NUNCA podrá ser como ellos, xq tiene el alma contaminada con los peores y más sucios resentimientos. Siempre, SIEMPRE, será la CINCO BOLLOS!!!