En su alocución del mediodía de este jueves, 10 de diciembre, la vocera y vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, aprovechó la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos para lanzarse contra organismos que trabajan en esa área, opositores y la comunidad internacional, señalándolos una vez más de «promotores de odio» y de organizadores del «intento fallido de golpe de Estado». Además, sentenció que «nunca más volverá a reinar el odio».
La también primera dama se refirió al homenaje que la aplanadora de diputados sandinistas en la Asamblea Nacional realizaron a oficiales de la Policía y militantes del orteguismo que fallecieron en el contexto de las protestas sociales de 2018.
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«Esta mañana se nos hizo un nudo, se nos atravesó el torozón en la garganta, viendo, reviviendo el sufrimiento de todo nuestro pueblo, aquellos terribles días aciagos, días tenebrosos días que nos trajeron los serviles del imperio, los vende patria, los entreguistas, los mismos de siempre. Todos los hermanos que estaban allí (en la Asamblea Nacional) con las fotos de sus familiares por los criminales que conocemos», expresó la vicedictadora, callando sobre los crímenes que le imputan al Estado de más de 300 nicaragüenses en el marco de las manifestaciones.
Murillo tildó a la oposición política de ser los responsables del «fallido golpe de Estado y que «andan todavía por allí queriendo ser parte de una Nicaragua que no les pertenece, porque ellos no pertenecen a esta cultura».
Amenaza a excarcelados políticos
La vocera de la dictadura justificó el asedio que sufren los excarcelados políticos, destacando que la Ley de Amnistía que aprobó el régimen en 2019 «no es carta blanca para seguir propiciando odio en nuestro país. Sabemos que la justicia es de Dios y Dios sabe, Dios ve y Dios sabe lo mejor».
Murillo también despotricó contra defensores y organismos de Derechos Humanos y aseguró que la comunidad internacional de estar parcializada y no respetar a su dictadura.

«Un día como hoy, 10 de diciembre, se celebra, dicen los que ocupan espacios de derechos humanos que no reconocen, que no respetan, porque defienden los derechos humanos que les indica el imperio, porque los derechos humanos de los pueblos ni los reconocen ni los respetan (…) ¿Qué derechos humanos reconocen esos organismos o esa personalidad?», reclamó.
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«Decimos que no hablen con soberbia, que no salgan de esas bocas más arrogancia, porque el Señor es un Dios de conocimiento y por él se pesa las acciones (…) y el guardará los pies de sus santos y los impíos callarán en las tinieblas», vociferó Rosario Murillo, al tiempo que reiteró que la «justicia viene de Dios», pero se le olvidó que decenas de opositores y exreos políticos son asediados y perseguidos las 24 horas.
Se declara reivindicadora de derechos humanos
La vicemandataria dijo que su régimen se encarga de reivindicar el verdadero sentido de los derechos humanos, «desconocidos por la agenda de aquellos organismos y personalidades de ese mundo que llaman primero y que solamente representan la continua violación imperial de los derechos humanos».
Igualmente, dijo que el el imperio (Estados Unidos) ha avasallado «con la burda exhibición del poder mal sano y mal habido de las mismas potencias imperiales, por eso reivindicamos los derechos para ser escuchados, para ser tomados en cuenta desde nuestros modelos sociales… que los imperialistas de la tierra pretenden seguir ignorando e intimidando».

Rosario Murillo alegó que seguirán exigiendo la reivindicación de los derechos de su militancia, a los que organismos de derechos humanos «no tienen en su agenda y más bien ocultan los verdaderos reclamos y los genuinos sufrimientos provocados por las grandes y gravísimas violaciones a los derechos humanos que por los siglos de los siglos han hecho los imperios».
El monólogo de la vicedictadora concluyó aduciendo que su régimen se declara en «rebeldía» por las sanciones que han sido interpuesta por la comunidad internacional a causa del asedio y represión que sufre el pueblo de Nicaragua. «El imperio pretende de múltiples formas arrebatarnos la paz a través de la intervención armada, golpista, criminal que auspiciaron los imperios con puñado de despreciables sirvientes, rompiendo la tranquilidad de la vida de un pueblo bueno, devoto y solidario (…) Aquí no volverá el odio».