Han pasado siete días, luego que la Policía al servicio de los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo emprendió una vigilancia permanente en contra de los familiares del preso político Edward Lacayo, conocido como «La loba feroz», en el barrio indígena de Monimbó, Masaya. Los opositores denuncian que los personeros de la dictadura se dedican a tomarles fotografías y a proferirles insultos.
Según Karen Lacayo, hermana del reo de la dictadura, el asedio policial y paramilitar es constante desde que decidió exigir la libertad de su hermano. Sin embargo, a inicios de diciembre de 2020, agentes de la Dirección de Operaciones Espaciales de la Policía (DOEP) y paramilitares se ubicaron de forma permanente frente a su vivienda, impidiéndole sin ninguna explicación la salida, al igual que a su mamá, Estela Rodríguez.
«En este momento (miércoles, nueve de diciembre) hay dos antimotines frente a mi casa, hay una patrulla policial y un motorizado paramilitar para estar pendiente de quien sale y quien entra», detalló a Artículo 66 Karen Lacayo, quien también mencionó que cuando logra salir de su vivienda los paramilitares emprenden persecución en su contra.
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La hermana de «La loba feroz» señaló que en su última visita al Sistema Penitenciario Jorge Navarro en Tipitapa los civiles armados de la dictadura la siguieron hasta la terminal de buses de Masaya, «ya estando en “La Modelo” estaba una patrulla de la Policía, dos oficiales procedieron a interrogarme y a tomarme fotografías (…) No entiendo cuál es el objetivo de esta dictadura, porque me están acosando de forma permanente».
Agresiones contra madre de Edward Lacayo
Por su parte, Estela Rodríguez, de 67 años, madre del preso político, dijo a este medio de comunicación que el jueves, tres de diciembre, mientras se disponía a realizar unas diligencias, un antimotín la sacó por la fuerza del taxi que había abordado, aduciendo que tenía prohibido estar fuera de su casa.
«Toda la gente vio el espectáculo que hizo la Policía, le dijeron al taxista que se fuera y que me dejará tirada, el oficial me agarró del brazo y me dijo que me iba a llevar presa si no hacía caso. La verdad que me siento presa en mi propia casa. Mis nietos y mi yerno pueden salir, pero mi hija (Karen Lacayo) y yo somos las víctimas de este gobierno».


Además, las opositoras denunciaron que recientemente fanáticos al régimen orteguista marcaron su casa con la palabra “plomo”. «Suponemos que fue en horas de la madrugada. Es una forma de intimidación por parte del gobierno que quiere impedir que sigamos exigiendo la libertad de nuestros presos políticos», expresó Karen Lacayo.


En un recorrido que realizó Artículo 66 el martes, ocho de diciembre, se logró constatar el asedio policial del que son víctimas los familiares de «la loba feroz». Dos agentes de la Policía estaban ubicados a pocos metros de la casa de las opositoras y al ver la presencia del corresponsal de este medio de comunicación, los uniformados procedieron a realizar llamadas telefónicas y a decir insultos.
Desde el sábado, cinco de diciembre, la Policía ha impedido que algunos familiares de presos políticos y líderes opositores salgan de sus casas y a otros les envían citatorios policiales, como el caso de Ivania Álvarez, Neyma Hernández, ente otros ciudadanos a quienes la dictadura le ha convertido sus casa en cárceles, únicamente por estar en contra de las políticas dictatoriales de Daniel Ortega y Rosario Murillo.