Haciendo referencia a la crisis que vive Nicaragua y al papel que está desempeñando la oposición política, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, habló en su homilía de este domingo, ocho de noviembre, acerca del deber de trabajar por el país de forma prudente, mirando siempre por el bien de todos, «porque Nicaragua nos pertenece a todos».
«Nicaragua necesita de hombres y mujeres prudentes, que piensen en el bienestar de todos, principalmente de los más pobres y desposeídos, de los más vulnerables. Hombres y mujeres que piensen en clave de nación y nunca se presten a juegos o intereses personales, particulares o grupales».
Álvarez hizo referencia a la historia bíblica del rey Salomón y expresó «que el texto bíblico nos permite ver la realidad nacional entre la prudencia o la imprudencia. El imprudente es necio, no quiere entender, el necio es soberbio, prepotente. Seamos prudentes, la prudencia nos vuelve sensatos, precavidos, honestos, francos, claros, transparentes en nuestros pensamientos y propuestas».
Noticia relacionada: Monseñor Rolando Álvarez insiste en que la política es para «servir al pueblo» y no para lucrarse
En referencia a los opositores al régimen de Daniel Ortega, el obispo refirió que «Salomón le pidió sabiduría al Señor para gobernar a su pueblo, ¿Qué le pueden pedir al Señor los que andan candidateándose?, si Dios les dijera: pídeme lo que quieras, ¿Qué le podrían pedir?», además refirió que Nicaragua es para todos «y todos debemos comprometernos en reconstruirla, amarla, trabajar por ella, cuidarla y depositarla en el inmaculado Corazón de María y en el Sacramentísimo Corazón de Jesús. Así viviremos con ellos, por los siglos de los siglos».
Nicaragua necesita de hombres y mujeres con sabiduría
Monseñor Álvarez reiteró que para que haya un cambio en el país, se necesita de hombres y mujeres sensatos. «Hombres y mujeres que le hablen con la misma palabra a los pobres como a los grupos, gente que teniendo una sola palabra la ponga sobre la mesa, sobre el tapete, sin miedo y sin doblez, hombres y mujeres prudentes, que analizando con lucidez el presente, visualicen el futuro del país».


«Hombres y mujeres que no se dejen llevar por la inercia del momento, por la desilusión o confusión, gente que mantenga su lámpara encendida como que en la noche espera un pronto amanecer donde en libertad podamos vivir en paz los unos con los otros», exhortó el religioso.
Además indicó que que se debe de dar lo mejor para sacar adelante a Nicaragua y heredarle a las futuras generaciones un mejor porvenir, «un porvenir promisorio, iluminado como nación fuerte, pequeña, pero grande a la vez. La prudencia es sabiduría». Finamente Álvarez dijo que se debe luchar por una Nicaragua diferente donde se trabaje con entusiasmos y dedicación.