La Policía de Daniel Ortega y Rosario Murillo realizó este viernes, 10 de septiembre, una ola de asedios e intimidación en contra de opositores a su dictadura. Las acciones represivas se dieron en distintas ciudades del país.
En Masaya, las casas del capitán en retiro Fernando Brenes, quien estuvo exiliado más de un año en Costa Rica, y de la abogada y exrea política Karla Ñamendi fueron los blancos del régimen.
Según Brenes, los agentes policiales se apostaron frente a su casa, ubicada en el barrio indígena de Monimbó, colocaron conos, tomaron fotografías e impidieron que un taxista le realizara un viaje. «Al cadete que iba a trasladar a mi esposa a realizar unas diligencias, la policía lo abordó y le dijo que no le hiciera viaje a un tranquero».
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Este nuevo acto de asedio e intimidación, Fernando Brenes lo calificó como el «objetivo blanco», que según él, es un término utilizado por las fuerzas represoras cuando tienen una meta que cumplir. «Ya estaba calendarizado que hoy iban a asediarnos únicamente por diferir de la dictadura. Los oficiales se fueron a las 11:30 de la mañana, no sin antes tomar fotos a la casa, un oficial de primera linea fue el encarado de tomar las fotos a mi vivienda, poniendo a dos subordinados a posar para la fotografía», denunció Brenes, quien desde que retornó a Nicaragua, ha sido objeto de asedio.
Por su parte, Karla Ñamendi, presidenta de la Organización Víctimas de Abril, refrió vía telefónica a Artículo 66 que los agentes del régimen estuvieron hasta el mediodía con claras evidencias de querer atemorizarla.
Además, denunció que no es la primera vez que tanto la Policía como fanáticos orteguistas la asedian, ofenden y amenazan con quemar su casa. «El asedio de hoy fue uno más de lo que hace esta dictadura, hoy fue desde las 9:15, hasta las 11: 45 de la mañana. Es lamentable que esta institución no esté para resguardar al pueblo, sino que apoyan a un gobierno».
Allanamientos en León
En la ciudad de León, la Policía orteguista de esa ciudad, allanó la casa de la exiliada en Costa Rica Marvia Padilla, quien afirma estar preocupada por la seguridad de sus familiares, incluyendo a su abuela, una anciana de 102 años, además de dos menores. Este medio de comunicación trató de comunicarse con la exiliada pero no se obtuvo información.
Otros de los atropellos en contra de opositores en la ciudad universitaria, fue el ocurrido al opositor leonés Harlen Samuel Zapata Chavarría, miembro de la Unidad Nicaragüenses Territorial (UNITE). Zapata denunció que aproximadamente a las cinco de la tarde, más de 40 efectivos de la Policía orteguista rodearon su casa y posteriormente procedieron a allanarla sin orden judicial, acusándolos de conspiradores contra el gobierno de Ortega. Además, les dijeron que había una denuncia que en su vivienda hay drogas.
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«Se llevaron una computadora Laptop HP y un celular, además me querían poner las esposas y llevarme detenido, porque yo no me les despegaba. Esta es la primera vez que allanan mi casa, pero el asedio ha sido constante». El opositor también afirmó que tiene temor que este asedio continúe, porque están en la lupa de la dictadura.
42 asedio y tres allanamientos
El equipo del Monitorio Azul y Blanco contabiliza al menos 42 hostigamientos y tres allanamientos ilegales a casas de opositores. Según la activista opositora Ana Lucía Álvarez, estas agresiones del régimen se dan por las fiestas patrias, porque cuando hay fechas conmemorativas, la dictadura arrecia la presión en contra de la oposición.
«Los asedios en casas de líderes, excarcelados y activistas fueron en Granada, Diría, Matagalpa, Ciudad Sandino, Ticuantepe, Masaya, Jinotepe, Chinandega, Jalapa, Ocotal, León, Juigalpa, Somoto, Rivas, Belén, Moyogalpa, San Jorge y Nueva Guinea y de al menos tres locales en Jalapa, Boaco y Granada», refieren los datos del Monitoreo.
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Por su parte, Gonzalo Carrión, presidente del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca+ condenó la represión por parte de la dictadura en contra de opositores. «Casi 29 meses y la tiranía no cesa en esa persecución y mantiene un estado de terror y excepción, violentando el orden constitucional y los principales instrumentos de derechos humanos».
Carrión también informó que en las últimas semanas más de 50 nicaragüenses, entre ellos excarcelados políticos, han sido nuevamente detenido de forma arbitraria, «simplemente es un arresto que obedece a la ignorancia del régimen, que sigue persiguiendo a toda voz que se levanta».
Aunque la dictadura quiera aparentar normalidad, Gonzalo Carrión afirmó que el objetivo del régimen es excarcelar y volver a secuestrar para tener presos políticos y así desviar la atención,«armando» delitos comunes para deslegitimar la lucha de los nicaragüenses.
En horas de la noche, la Policía llegó a cercar la casa del exprisionero político de Masaya Santiago Fajardo. Al menos 10 antimotines fueron ubicados en frente de la vivienda del opositor. Fajardo denunció que la Policía sigue en su afán de «intimidar a los opositores».