En su intervención en los medios oficialistas de este 30 de junio, la vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, le lavó la cara a su régimen, señalando como un triunfo que se permitiera la entrada a un grupo de más de 130 nicaragüenses provenientes de cruceros.
Murillo se escudó en que estas personas debían entrar bajo el “modelo seguro y ordenado que ha garantizado la Dirección de Migración del Ministerio de Gobernación, que hay que tomar en cuenta en estos tiempos de pandemia; todos los requisitos que deben cumplirse para que puedan regresar nuestros connacionales que trabajan en otros países, en este caso en los cruceros”.
La vocera gubernamental calificó como un motivo de “felicidad” esos reencuentros y señaló protocolos que deben mantenerse en medio de la pandemia, obviando que la dictadura de Nicaragua se ha negado a cerrar las fronteras y que a lo interno del país sigue promoviendo aglomeraciones y actividades culturales, con su afán de no detener la economía.
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Murillo habla de ese grupo de ciudadanos, pero no dice ni media palabra sobre los más de 120 nicaragüenses procedentes de Panamá, que permanecieron entre viernes y sábado por más de 18 horas varados en la frontera de Peñas Blancas, donde la Policía orteguista se apostó para impedir que pusieran un pie en su territorio. Los pobladores en ese momento dijeron estar dispuestos a someterse a la prueba de COVID-19, pero aún así el gobierno no hacía nada por dejarlos pasar. Finalmente, tras la presión internacional, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó a las autoridades migratorias su entrada el sábado, 27 de junio.
Aprovechándose de este nuevo retorno, Murillo recalcó en que siguiendo esos protocolos esas personas “no ponen en riesgo a su familia, (vienen) con las pruebas negativas y luego guardando los días de cuarentena. 135 hermanos regresaron ayer (lunes, 29 de junio) e inmediatamente se trasladaron a sus municipios”. Con ello, la responsabilidad de protección de salud de los nicaragüenses la trasladan a otros gobiernos, mientras en la mayoría de países se somete a los ciudadanos a chequeos y coordinan vuelos de repatriación, con la advertencia de que permanecerán en cuarentena.
Además, agregó que de esa misma manera se está programando el “regreso de trabajadores nicaragüenses de estas líneas de cruceros y esta tarde regresan hermanos que estaban en Panamá, 50 regresan hoy, siempre cumpliendo con los requisitos sanitarios y siempre cumpliendo con ese modelo ordenado que nos permite asegurar a todos el resguardo de la salud”.
Nicaragua reconoce oficialmente más de 2,500 casos confirmados por coronavirus, 83 fallecidos por el virus y 1,700 recuperados, mientras las cifras del Observatorio Ciudadano ubican en más de dos mil los decesos y siguen las denuncias de entierros exprés.
Lo importante es reguardar la salud de todos, para evitar más enfermedades especialmente de covid. Y esa función del gobierno es excelente.