El secretario del Ministerio de Salud (Minsa), Carlos Sáenz, brindó este lunes el reporte más breve sobre el avance de la pandemia del coronavirus en Nicaragua. La conferencia, a la que solo le permiten la entrada a los medios oficialistas, duró 40 segundos y dejó aún más dudas sobre la incidencia del virus en el país.
Sáenz se limitó a decir que hay «tres casos activos» y que se le da seguimiento a «toda persona que lo amerite. No tenemos transmisión local comunitaria. Seguimos trabajando con respeto, paciencia, prudencia y agradecimiento infinito a Dios, nuestro Señor».
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El delegado del régimen obvió cualquier detalle importante sobre los pacientes infectados y también guardó silencio sobre los casos sospechosos. Ni siquiera dijo el número de posibles afectados por el COVID-19. En un caso inusual, la vicedictadora Rosario Murillo tampoco mencionó el tema del coronavirus, a como acostumbra a replicar en su intervención de mediodía.
Fuentes cercanas a la plataforma digital Nicaragua Investiga informaron que en el Hospital Bautista se reporta una persona infectada por COVID-19 y dos permanecen en el rango de sospechosos. En el caso de la persona portadora del coronavirus se trata de una ciudadana de 55 años que está afiliada al Instituto de Seguridad Social (INSS). Ella ingresó al Bautista el jueves 23 de abril con una fuerte tos y un cuadro respiratorio.
Esta ciudadana «es posible que requiera ventilación mecánica», detallaron las fuentes al medio de comunicación digital, quienes además confirmaron que la prueba de COVID-19 realizada a la señora resultó positiva.
Primero el régimen rehusó suspender clases por el #COVID19, luego, ante la resistencia de los niños de arriesgarse al contagio, empezaron con un plan, en secreto, para usar las tecnologías. Ahora Rosario Murillo dice que enseñarán clases por el canal 6. https://t.co/bUu0Re5ejN
— Artículo 66 (@Articulo66Nica) April 27, 2020
La paciente, de acuerdo a la información proporcionada, labora como asistente del hogar en el sector de Ciudad Jardín, en Managua, y agrega que nunca ha salido fuera del país. El Ministerio de Salud mantiene que en el país no existe un contagio comunitario, versión que se le cae con este testimonio.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, autorizó a las fuerzas especiales de la Policía Nacional Civil (PNC) y a los miembros del Ejército aplicar la «fuerza letal» contra las pandillas de ese país, ante la escalada de homicidios registrados este fin de semana, aprovechándose de que las autoridades están concentradas en la emergencia sanitaria del COVID-19.
«El uso de la fuerza letal está autorizado para defensa propia o para la defensa de la vida de los salvadoreños. Instamos a la oposición a que se pongan del lado de la gente honrada, y a las instituciones que controlan a dejar de proteger a quienes asesinan a nuestro pueblo», manifestó el mandatario salvadoreño en su cuenta de Twitter. Esa nación centroamericana registró en las últimas 72 horas al menos 40 homicidios, atribuidos a estos grupos delincuenciales, 24 de ellos perpetrados el viernes.
A nivel mundial, el coronavirus ha superado los tres millones de infectados y casi 210,000 muertes. Pese a estos números, algunos países como Estados Unidos, España e Italia, que se encuentran en la lista de los más afectados, decidieron relajar las medidas de confinamiento, permitiendo el retorno al trabajo de ciertos sectores económicos y la salida de paseos con niños o hacer deportes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a través del director de esa entidad, que «la pandemia del coronavirus está lejos de haber terminado». Europa, el continente que más se ha visto golpeado, registra 1,393,779 personas
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