A través de su acostumbrada alocución de mediodía la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, amenazó con mandar a sus turbas a la comunidad de Solentiname donde descansarán los restos del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien murió este primero de marzo.
La vicedictadora ayer desplazó a sus adeptos para que se tomaran la Catedral de Managua, donde se celebró una misa de cuerpo presente, la cual fue atacada por delincuentes, quienes agredieron a periodistas de medios de comunicación independientes y opositores que hicieron presencia en el homenaje.
«Nos unimos de manera particular con la comunidad de Solentiname, donde sabemos que se van a depositar sus cenizas, esa comunidad a la que tanto enseñó, tanto entregó esa comunidad que en 1977 fue ejemplo, fue inspiración de lucha de liberación, de lucha libertaria en nuestra Nicaragua”, anunció Murillo.
A pesar de odiarlo y darle persecución, la primera dama con total cinismo insistió en «celebrar la vida de una persona tan relevante», sin embargo ayer martes, 3 de marzo, activó a sus turbas para profanar el templo y ofender los restos del escritor y disidente del partido de gobierno. «Vende patria, traidor», gritaban los fanáticos al cuerpo de Cardenal.
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“Celebrando la vida, los milagros, porque siempre es un milagro tener una personalidad tan relevante y una personalidad cuyos méritos, cuyos logros, cuyos talentos y cuya disposición estuvo al servicio de Dios nuestro Señor como sacerdote y será conocido en todo el mundo», dijo Murillo.
La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo tras conocerse la muerte de Cardenal decretó tres días de duelo nacional y envió condolencias a la familia a quien llama «ilustre poeta nicaragüense», aunque en vida lo persiguieron, según él mismo lo denunció en su momento. «soy un perseguido político».
“Es de un cinismo insólito. Ernesto Cardenal murió perseguido por ella (Rosario Murillo), pero como un grande, como humanista y como poeta, con aclamación mundial. La asesina serial se quiere limpiar la cara y fingir un respeto en la muerte, que nunca le tuvo mientras estuvo vivo. Me parece un insulto, una burla y un escarnio. Nadie se engaña con semejante acto de hipocresía”, dijo la periodista e investigadora Sofía Montenegro al ser consultada por Artículo 66.
El cuerpo del también sacerdote será cremado y sus cenizas serán llevadas este sábado a la comunidad de Solentiname, situada en el extremo sur-este del gran lago de Nicaragua, administrativamente perteneciente al municipio de San Carlos, del departamento de Río San Juan.
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ELEGÍA A ERNESTO CARDENAL
Una estrella se ha apagado,
se ha apagado para empezar a brillar más,
el cosmos está llorando,
por aquél que le supo cantar,
el canto cósmico resuena en el universo,
más nítido, más claro, más elocuente
ahora que su cantor se ha integrado al coro que canta al cosmos,
al cosmos de la eternidad;
Solentiname llora a su padre,
llora al padre que la fundó;
llora al padre,
al poeta Ernesto Cardenal,
que le enseñó a luchar y le enseñó a cantar,
a cantar al cosmos;
y a cantar a la libertad,
dos crueles dictaduras enfrentó,
a las dos las supo juzgar,
a las dos las denunció con la misma intensidad,
ante sus crueldades no se calló,
a sus caprichos, ante sus amenazas no sucumbió,
a las dos por igual las denunció y las condenó,
no pudieron apagar su voz,
voz que hoy resuena con mayor intensidad,
voz que se une al coro que le canta al cosmos,
canto cósmico que canta a la libertad,
hasta el último momento dignidad mostró;
un Papa injustamente lo castigó,
otro Papa su castigo le suspendió,
porque nadie puede señalarle; menos reprocharle algo, en su lucha por la libertad;
espléndido hoy se escucha el canto cósmico,
tan espléndido como su creador,
quién hoy se encuentra gozando de la presencia del Creador,
sumándose a su voz,
para ejecutar el canto cósmico,
el canto del poeta trapense,
del poeta del pueblo,
del grandioso poeta; Ernesto Cardenal.
La hipocresía no tiene vergüenza porque está revestida cinismo. Sus verdugos son los fariseos modernos, que queriendose lavar las manos, quieren mostrar tristeza por la muerte de un verdadero discípulo de Cristo; lo que en su lenguaje, quieren decir que se sienten alegres y felices en sus corazones por la muerte de una de sus víctimas, quien ya no los podrá acusar, pero que con sus actos ante su cadáver, se acusan y condenan a sí mismos. ERNESTO CARDENAL, VIVIRÁ POR SIEMPRE EN EL CORAZÓN DEL PUEBLO NICARAGÜENSE. Cómo los Sumos Sacerdotes que temblaron ante el cadáver de Cristo, los Sumos Sacerdotes modernos, tiemblan frente al cadáver de Ernesto Cardenal.