El 18 de enero se cumplirán dos meses desde que inició el asedio a la casa del doctor José Borge, vicepresidente de la Unidad Médica Nicaragüense. Afuera de su vivienda constantemente hay patrullas de la Policía orteguista del Distrito Seis de Managua. El galeno aseguró a Artículo 66, que en una ocasión salió a encarar y cuestionar a los oficiales de la frecuente intimidación. El guardia del régimen le contestó que «es para que dejés de estar jodiendo al Gobierno de Daniel Ortega».
Borge afirma que esta persecución es por haber asistido a las madres que estuvieron por nueve días en huelga de hambre en la iglesia San Miguel Arcángel, en Masaya, y después a las que estuvieron en la Catedral de Managua. Asimismo, dice que también lo tienen en la mirar por haber denunciado ante la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) un secuestro exprés por paramilitares del que fue víctima, donde lo amenazaron de muerte al decirle: «Bueno doctor tuvo mucha suerte, hay desaparecidos que nunca van a aparecer».
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El médico también detalló que los oficiales orteguistas le remarcaron que «no van a dejar de venir hasta que les den la orden»; la que traduce es impuesta por la pareja de dictadores. Por otro lado, expresó que se siente desesperado, porque no sabe a qué instancia recurrir para poder frenar este acoso, “ya sabemos que es generalizado para todos los que son oposición”.
El galeno remarcó que el asedio no solo le causa inestabilidad psicológica. sino también económica, ya que “impiden a que uno pueda realizar sus actividades normales, porque nos han decretado prácticamente una «muerte cívica», porque no puedo siquiera buscar un trabajo económicamente”.
El ciudadano hace responsable de lo que le pueda pasar a la integridad de su esposa y a sus dos niños, al gobierno de Nicaragua ya que “ellos son los que están dando la orden tanto a la Policía como a los paramilitares”. Forma parte de los médicos despedidos del Hospital Lenín Fonseca que “hasta la fecha, llevamos 21 meses sin prestaciones y liquidaciones bajo la injusticia”.
Es increíble que estos esbirros ni tengan un poco de sentido común. Son delincuentes uniformados al servicio de la familia mafiosa de El Carmen, no creo que se pueda argumentar que estos polizontes hacen lo que hacen por necesidad, lo hacen porque pueden actuar con impunidad, es increíble que no investiguen lo que ocurrió con la guardia somocista.