El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, lamentó la posición intransigente del régimen dictatorial de Daniel Ortega de no querer abrirse a una solución pacífica y negociada de la crisis sociopolítica que vive Nicaragua desde abril de 2018; a la vez que reiteró que el país no necesita “cambiar de gobierno sino de sistema político”.
“A todos, opositores y no opositores, nos conviene un cambio radical de sociedad y de sistema en Nicaragua, porque solo así el país va a poder progresar en modo sostenido e integral y se van a respetar los derechos humanos y la diversidad como riqueza para construir el país”, aseguró monseñor Báez, desde Miami; donde se encontraba en compañía del sacerdote Edwing Román celebrando la eucaristía para la comunidad nicaragüense radicada en dicha ciudad.
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Las palabras del jerarca católico nicaragüense –desde mayo en Roma por orden del papa Francisco- recuerdan a las pronunciadas por el ahora santo arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 mientras celebraba misa, debido a su defensa de los derechos humanos.
Báez lamentó que dentro de la oposición política al régimen, algunos grupos o personas quieran dividir “política o ideológicamente” la lucha del pueblo nicaragüense por la democratización del país.

“En Nicaragua se necesita un cambio de sistema social, de raíz. Hay un problema ético y moral. Hay una ausencia de valores profundos que están hiriendo el corazón de la sociedad y esto ha llevado a que haya una ausencia de liderazgo y esto es uno de los problemas más graves que está padeciendo el país. No hay en este momento líderes confiables que puedan dirigir un proceso de transformación y la sociedad está enferma en Nicaragua”, fustigó el obispo.
Objetivo siempre fue “democratizar” Nicaragua
Monseñor Báez rememoró que durante el primer diálogo nacional –mediado por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN)- el objetivo principal era lograr un proceso de democratización del país y obtener justicia para quienes habían sido víctimas de la represión por parte de órganos de seguridad del Estado y cuerpos paraestatales del partido de gobierno.
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“Yo creo que hay que retomar esos dos objetivos (democratización y justicia) y hay que retomarlos todos. Todos los nicaragüenses necesitamos orientar la historia de nuestro país hacia la consecución de estos dos objetivos (…) Nicaragua necesita ser nueva. Necesita reconstruirse de raíz”, dijo.
Poner la persona en el centro
El obispo también reiteró el llamado que ha hecho en anteriores ocasiones para que los que tienen poder de decisión e incidencia en temas sociales y políticos puedan poner a las personas como el centro de las preocupaciones de la vida del país, por encima de intereses sectarios, ideológicos o económicos.
“No la inversión extranjera. No las finanzas y la economía. No el crecimiento económico del país. Mientras en Nicaragua sigamos midiendo en billetes (dinero) el futuro del país, no tendremos ningún porvenir. Hay que poner a los seres humanos en primer lugar y esto es doctrina social de la Iglesia. La dignidad de los seres humanos, sobre todo de los más pobres y de los que han sido víctimas de la represión. La persona por encima del capital”, recordó el obispo.

El obispo Báez recordó a los periodistas y personas presentes que su papel es como pastor y no como miembro de la oposición política del país. Esto ante preguntas insistentes de personas que le pedían al religioso hacer valoraciones de tinte político-partidario, sobre temas como el llamado al denominado paro nacional indefinido que sostienen miembros más radicales de los grupos que se oponen a la dictadura de Ortega.
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Asimismo, se refirió a la persecución constante que vive la Iglesia bajo la dictadura de Daniel Ortega. “La persecución forma parte de la vida y obra de la Iglesia. Justamente porque la Iglesia es portadora de un mensaje de verdad y de liberación que lamentablemente el mundo que vive a oscuras lo rechaza. Lo importante para el pastor es que la persecución no es motivo de resentimiento, revanchismo o victimismo sino la ocasión para crecer en la confianza en Dios y para orar por quiénes nos persiguen y calumnian”, especificó el obispo.