Familiares de los presos políticos de la banda de «Los Aguadores» denunciaron el martirio y tortura que viven los jóvenes en el Complejo Judicial Evaristo Vásquez, mejor conocido como el nuevo «Chipote», donde son sometidos a insultos constantes, amenazas de muerte, música propagandista a alto volumen y revisión hasta tres veces al día, de acuerdo a la denuncia.
En el caso de la joven universitaria belga-nicaragüense Amaya Coppens recientemente tuvo una crisis de asma por lo que tuvo que ser nebulizada, además presentó diarrea debido a que los custodios juegan la comida con sus manos sucias.
«Los Aguadores», durante la última visita que hicieron sus familiares, denunciaron que como parte de las torturas los custodios mantienen las luces encendidas las 24 horas, no les permiten el uso de productos de aseo personal, les cambian la ropa cada 10 días y no tienen derecho a usar sábanas, lo que agrava el inmenso frío, además no les permiten salir a tomar sol y tienen prohibido leer libros.
Amaya Coppens, tras ser secuestrada por segunda vez fue agredida por una oficial por reclamar que le entregaran su medicina y por denunciar los abusos a los que están siendo expuestos los reos políticos.
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«La Amaya nos estuvo contando de que hay una oficial que realmente las trata muy mal. Es decir que hay maltrato verbal y que además hay una indiferencia del estado de salud de ellas (…) Ella estaba reclamando por su medicamento y al parecer nos cuentan que en ese momento la agarró del cuello (la oficial) y la dejó marcada», declaró en su momento Tamara Zamora, madre de la joven activista.
El 16 de diciembre, las presas políticas Amaya Eva Coppens Zamora, Wendy Rebeca Juárez Avilés, Olga Sabrina Valle López e Ivana del Carmen Álvarez Martínez habían iniciado una huelga de hambre, en demanda de atención médica para la rea Neyma Hernández, quien sufre hipertiroidismo y las autoridades le negaban la atención médica.

Según las declaraciones de los familiares, a raíz de la huelga de hambre, las autoridades de El Chipote decidieron trasladar a Neyma Hernández a un centro hospitalario, sin embargo, denunciaron que “ahí la aislaron en una habitación oscura y en la que sufre comentarios ofensivos por parte de los carceleros como “dejen que se muera esa perra ahí”.
Se mantienen firmes
Pese a los malos tratos y torturas, los reos de la dictadura mantienen firme su convicción y alientan al pueblo a estar en las calles exigiendo la libertad de los más de 160 reos políticos, «siempre muestran su mejor sonrisa». Asimismo urgen el ingreso de los organismos internacionales defensores de derechos humanos.