Desde las afuera de los juzgados de la capital, las madres y familiares de reos políticos exigieron la libertad de sus hijos, quienes fueron secuestrados por la Policía de la dictadura el pasado jueves, 14 de noviembre, mientra llevaban agua y medicinas a las madres que iniciaron una huelga de hambre en la Iglesia San Miguel Árcangel de la ciudada de Masaya que se encontraban en estados críticos por la falta de agua y energía eléctrica.
Como un símbolo de protesta, llevaron botellas con agua y gritaron la consigna “la solidaridad no es delito”, resaltando que sus hijos son procesados injustamente y que les han inventado los cargos de tráfico de armas para encarcelarlos y evitar que sigan denunciando las violaciones de la familia Ortega-Murillo contra los manifestantes.
Una de las madres que participaba del plantón, mientras esperaba el ingreso de su hijo a los juzgados, manifestó que los protestantes “necesitan agua para vivir y que no estaban haciendo nada malo (los jóvenes detenidos); nuestros hijos están haciendo solidaridad, son valores morales y es la vida que estamos defendiendo no queremos botar a nadie. Lo que queremos es que la gente no siga muriendo y esto es un líquido vital (mostrando una botella con agua) y el 80 por ciento de su cuerpo es esto. El agua es un derecho”.
Marvin Álvarez, quien protestaba y exigía la libertad de su hermana, dijo que el Estado tiene las armas, pero ellos tiene la moral y la dignidad. Destacó que no descasarán hasta lograr la libertad de los reos políticos y que seguirán luchando desde las calles.
Denunció que los 13 jóvenes han sido golpeados desde que fueron capturados en Masaya y trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocido como “el Nuevo Chipote”.
Los familiares de los reos políticos fueron acompañados por miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
CUANDO SE LOGRE LA DEMOCRACIA, HAY QUE SACAR A ESTA BOLA DE DELINCUENTES,