El dictador Daniel Ortega fue claro al amenazar a los nicaragüenses con desatar una “guerra armada” para evitar la rebelión cívica que se desató en Bolivia y que ocasionó la renuncia de Evo Morales quien huyó del país después de haber cometido un fraude electoral. Ortega junto a su club del ALBA se lamentaron por la derrota de Morales e insistieron en calificarlo como “golpe de Estado”.
En su largo discurso de historia revolucionaria de los países del Caribe, Ortega aprovechó para sentenciar a los nicaragüenses diciéndoles «que se fijen bien lo que están haciendo los imperialistas de la tierra aquí en Bolivia, que se fijen bien y la señal que le están dando a América Latina, porque hemos apostado a la vía electoral, hemos apostado a la vía electoral pero creo que lo de Bolivia es una prueba de fuego para que se pueda sostener la mínima confianza en la vía electoral, de lo contrario los pueblos se sentirán con todo el derecho, la obligación de buscar las armas para tomar el poder por la vía revolucionaria».
Daniel Ortega durante la reunión con los del Club del ALBA sentenció a los nicaragüenses que buscará “armas para tomar el poder” y descartó las “elecciones electorales” como vía para entregar la Presidencia. #DerechoAInformar #Artículo66https://t.co/DsDGY1WIoJ pic.twitter.com/SYKEeIQpDq
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No satisfecho por la amenaza volvió a sentenciar “que lo piensen bien porque están jugando con fuego”, a la vez calificó lo que le paso a su aliado Evo Morales como “increíblemente tenebroso”; y advirtió una vez más que en la región están alertas y dispuestos a tomar medidas drásticas para defender su permanencia en el poder.
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Por otro lado, el dictador acusó a los Estados Unidos a quienes les llamó “imperialistas” de haber planeado y ejecutado el “golpe de Estado” en contra del presidente boliviano. «Que no nos venga a decir ahora que es el pueblo que salió de forma espontánea, todo eso estaba planeado, organizado, financiado y dirigido, ¿por quiénes?, por los que están siempre dirigiendo allá desde los Estados Unidos».
En su discurso de más de una hora, el dictador defendió a capa y espada la supuesta victoria de Evo Morales y criticó el rol del Ejército y Policía de Bolivia, a quienes acusó de ser “los determinantes para inclinar la balanza a favor del capital y del imperio”. A la vez señaló, que Morales salio del país por la amenazas de muerte enviadas por el imperialismo quienes le pusieron los fusiles en la cabeza del expresidente de Bolivia.
Por su parte, la vicepresidenta y primera dama Rosario Murillo expresó su “orgullo” ante el recibimiento y reunión con el club de amigos del ALBA, al tiempo que amenazó a los nicaragüenses a que “no se atrevan a jugar con la paz de Nicaragua, con la paz no se juega; no se atrevan a jugar con la tranquilidad de la familia nicaragüense; que no se atrevan a tocar este modelo de amor cristiano”, sentenció.