Epsy Campbell, vicepresidenta de la República de Costa Rica, aseguró que los más de 70 mil nicaragüenses exiliados en ese país significan “una carga pesada” debido a que provienen de un país que no solo atraviesa dificultades políticas sino también que tienen una situación económica cada vez más deprimente.
Las declaraciones de Campbell fueron dadas al medio de comunicación la Voz de América, donde señaló que Costa Rica históricamente “ha tenido una migración importante de personas nicaragüenses que buscan oportunidades de trabajo en nuestro país”, sin embargo, destacó que la situación de crisis sociopolítica en el país generó “impacto a nivel nacional, el primer impacto es que nunca como antes tuvimos tantas solicitudes de refugio”.
La representante del Gobierno de Carlos Alvarado enfatizó en que la situación de demandas de refugios ha llevado a la administración costarricense a crear el proyecto “Franja de Desarrollo del Norte”, que en conjunto con autoridades locales y regionales consiste en brindar mejores condiciones a los costarricenses que viven ahí, y a la vez, generar una franja de desarrollo que permita a los migrantes encontrar alternativas de trabajo.
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Al referirse a las migraciones, Campbell afirmó que en Costa Rica se han identificado dos tipos de migraciones: “la migración regular que son aquellos que hicieron los trámites correspondientes para ingresar al país y que pueden permanecer por un período de tiempo determinado; y otra migración que es la que, por diversas razones, no hemos podido identificar y son personas que entran sin los documentos correspondientes”.
La vicepresidenta costarricense enfatizó que “lo cierto del caso es que tendríamos que decir que es una carga pesada, es una carga pesada porque es una realidad de un país que ahora no solamente atraviesa dificultades políticas, sino que tiene una situación económica cada vez más deprimida”.
A la migración de nicaragüenses también se le suma los del Triángulo del Norte, quienes tras el endurecimiento de los controles migratorios en México y las dificultades para entrar a Estados Unidos, miles de ciudadanos de Guatemala, El Salvador y Honduras optaron por irse al país costarricense.
Campbell mantiene que como medida su gobierno ha reforzado las zonas fronterizas para dar seguridad y proteger a los nacionales y a los que arriban a esa nación para que lo hagan de manera regularizada, ya que uno de los impactos más importantes es “cuando las personas entran en condiciones de irregularidad, no tenemos idea de cuántas son o qué tipo de situación enfrentan”. Sin embargo, manifestó que pese a que “Costa Rica le abre las puertas a la inmigración, no pueden descuidar las condiciones de los nacionales en esas zonas fronterizas”.