Dustin Salablanca, hermano del exreo político Lenín Salablanca y esposo de Emérita Gabriel, quien perdió a su bebé el 26 de septiembre en el Hospital La Asunción en Juigalpa, denunciará y llevará a juicio al doctor orteguista Wilber Pavón después de haberse negado a practicar una cesárea de urgencia a su esposa.
En horas de la mañana de este martes primero de octubre, Salablanca junto a sus familiares denunciaron ante los Defensores del Pueblo lo que ellos consideran una negligencia médica del galeno, lo que ocasionó el fallecimiento de la recién nacida. “Desgraciadamente confunden el profesionalismo con el fanatismo, Wilber Pavón me conoce porque trabaje en la UNAN-Farem, Chontales donde era docente de medicina, y sabía que era hermano de Lenín Salablanca y cuando me vio en el pasillo se soltó una risa irónica en mi cara”, recalcó el afectado.
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Asimismo, señaló que el Dr. Pavón estaba encargado de la dirección de cirugía ese día sin embargo, “hizo caso omiso a la orden de cesárea de emergencia que el Dr. Mora giró a mi esposa, desde las siete de la mañana”. La joven Emérita fue cesareada hasta las dos de la tarde, “a mi hija se la llevaron de urgencia a neonato y los doctores no me querían dar información de que le había pasado, simplemente me dijeron que no sabían pero que estaban haciendo todo lo posible para salvarla, mi hija pasó 24 horas entubada”, detalló el esposo de Emérita.
Salablanca responsabiliza al doctor Pavón por la muerte de su hija. “Yo le dije que él era el culpable de toda la situación y que si algo le pasaba a la niña le advertí que llevaríamos el caso ante la justicia”, ya que por “fanastismo descuidó la vida de mi bebé inocente, lo cual es una negligencia y espero que se haga justicia. Ahora nosotros ya estamos tratando con la dirección del Hospital La Asunción y autoridades del SILAIS (Sistema Local de Atención Integral en Salud) en Juigalpa, quienes ya están realizando una auditoria”.
Por otro lado, Salablanca no descartó que la negligencia obedece a asuntos políticos, por lo que denunció el asedio que ha sufrido su familia por parte de fanáticos orteguistas solo por haber participado cívicamente de las protestas y tranques antigubernamentales. Mientras el afectado exponía el caso, la guardia orteguista se apostó en las afueras del sitio, lo que evaluaron como una “forma de amedrentar a los denunciantes”.
