Las principales calles de Managua amanecieron el lunes, 9 de septiembre, militarizadas por la Policía orteguista, oficiales de la Dirección de Operaciones Especiales (DOEP) y grupos armados, quienes intentaron detener la protesta de los universitarios que exigían el desembolso del 6% que le corresponde a la Universidad Centroamericana (UCA), el cual no se ha sido entregado desde diciembre de 2018 y ha provocado el recorte de personal y la suspensión de becas para el 2019.
En un recorrido realizado por Artículo 66 se constató que en las rotondas permanecían más de 25 oficiales de la DOEP, de cuatro a cinco patrullas de los Dantos, y hasta buses rusos llenos de oficiales al servicio del régimen de Ortega. Mientras más de seis patrullas y alrededor de 50 oficiales se apostaron en las entradas de la UCA para grabar a las personas que ingresaban.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló en le Boletín del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) que la mayoría de las denuncias recibidas en agosto de este año eran sobre hostigamiento a defensores de derechos humanos “y otros colectivos de abogadas y abogados en Nicaragua”. Asimismo destacaron el asedio, persecución y detención ilegal que viven los exreos políticos del régimen asegurando que con estas acciones la familia Ortega-Murillo pretender “atemorizar” a los manifestantes.
Más de 10 oficiales de la Policía del régimen agredieron a Milagros Raquel González, dirigente del Partido Ciudadanos por la Libertad, a quien retuvieron por varios minutos cerca de la sede de dicho partido. La joven denunció agresiones físicas y verbales.
Como parte del interrogatorio la Policía le preguntó dónde vivía y cuál era su nombre, además la señalaron de ser la responsable de la crisis sociopolítica que vive el país. “Me empezaron a decir que yo era la culpable de que el país estuviera en desorden, en desastre, que nosotros queríamos hacer golpe de Estado, me dijo asesina y yo le dije que no era ninguna asesina, yo tengo mis manos limpias porque no he matado a nadie”, expresó con indignación e impotencia.
El periodista y reportero Hans Lawrens, fue atacado por los oficiales orteguistas en un intento de robarle sus equipos, mientras intentaba dar cobertura al plantón organizado por los universitarios en la catedral metropolitana de Managua.
Lawerns aseguró a Artículo 66 que él se identificó como periodista, “era el único periodista que estaba afuera y los otros periodistas estaban adentro, y los policías comenzaron a quitar a la gente, entonces comencé a grabar, de repente el oficial se me acercó y me dice deja de grabar hijuela talporcual, me tiró un manotazo y me pegó en el pecho, mientras me intentaba quitar mi mochila”.