Rogelio Gámez estuvo secuestrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde el 11 de agosto de 2018 hasta el 11 de junio de 2019, cuando lo sacaron de las celdas del Sistema Penitenciario Jorge Navarro, mejor conocido como “La Modelo”, bajo la controvertida Ley de Amnistía.
Gámez, de 53 años, relata que fue capitán del Ejército de Nicaragua en los 80. La justicia orteguista lo había condenado a 57 años de prisión, aunque según mandata la ley solo cumpliría 30 años por ser la pena máxima, acusado del asesinato de Lenín Mendiola y causarle lesiones graves a Uriel Antonio Blandón Hernández. Los hechos se registraron en Matagalpa en el contexto de la crisis sociopolítica que inició en abril de 2018.
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Su detención la adjudica a que a él lo consideraban “uno de los líderes de los autoconvocados de Matagalpa”. Tras su captura, los guardias de la dictadura lo “empezaron a maltratar verbalmente, acusándome de ser agente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia, de Estados Unidos, por sus siglas en inglés), de ser miembro de un par de partidos que son opositores al régimen, entre otras cosas. Incluso, de recibir dinero del exterior para financiar el movimiento cívico que estaba protestando contra el Gobierno”, remarca Gámez.
Saña contra exmilitares para que “escarmentaran”
Tras su captura el 11 de agosto, fue trasladado en la madrugada del 12 a las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, en Managua, “El Chipote”, donde, según su versión, durante el trayecto lo traían “amenazando y golpeando la guardia pretoriana”.
El exreo de la dictadura igualmente resalta que fue “colgado de una pared de ambas manos, más o menos como un crucificado, pero en el aire. Mis pies no tocaron el piso durante tres horas. En los interrogatorios, me acusaban de haber disparado en contra de Uriel (Blandón). La misma guardia me expresó que habían órdenes expresas de El Carmen (el Gobierno) que todo exmilitar que anduviera protestando y llegara a “El Chipote” nos iban a hacer lo más duro que fuese posible para escarmentar, para sentar un precedente, para que se sintieran amenazados los demás exmilitares y la población en general”.
Los interrogatorios fueron constantes. De acuerdo con las declaraciones brindadas a Artículo 66 los realizaban después de la una de la mañana y los “sacaban desnudos, eran a la 1, 2 de la mañana, nos llevaban enchachados y bajo la amenaza que nadie sabía dónde estábamos y que ellos (los oficiales) podían hacer lo que quisieran, pero debo reconocer que fue contra los jóvenes que más se ensañaron”.
En las celdas del orteguismo, recalca que también vio a jóvenes de Nindirí, en Masaya, Jinotepe y Diriamba, ambos municipios de Carazo, que llegaron “muy torturados. Incluso, uno de ellos, el comisionado (Ramón) Avellán (designado por el régimen para dirigir la represión en Masaya y Carazo), uno de los máximos torturados que ha sido denunciado a nivel mundial, fue capaz de arrancarle el casco a puntapiés al chavalo este de 17 años, nosotros estuvimos sobándole, en su cabeza tenía muchas protuberancias, muchas patadas, muchos golpes por los puntapiés que le dio el comisionado Avellán”.

Familia desmiente participación de supuestos implicados
El expreso político afirma que el día de los sucesos él se encontraba participando de una marcha azul y blanco en la ciudad del norte, “sin armas, porque era pacífica” y más bien ellos fueron víctimas de grupos armados “que pasaron disparando en camionetas Hilux con armas de guerra.
Fue en la misma movilización que se enteró que había habido muertos, versión que sostiene es secundada por la esposa de Lenin Mendiola, Auxiliadora Esperanza Hernández Castro, quien, de acuerdo con el relato de Gámez, durante el juicio aseguró “que ninguna de las personas que están ahí sentadas (los acusados) dispararon en contra de mi marido, quienes dispararon en contra de Lenín provenían, los disparos que mataron a mi marido salieron de la Alcaldía (de Matagalpa), es decir, que quienes asesinaron a Lenín fueron los paramilitares”.
“Un infierno en nuestras vidas”
Gámez sostiene que a pesar de las torturas ya sufridas en “El chipote” fue el 22 de agosto que empezó “el infierno en nuestras vidas”. Ese día, lo trasladaron a “La Modelo” y lo mantuvieron sin comida hasta el 31 de ese mismo mes. “Nos engrilletaron como a los reos de Al Qaeda en Guantánamo, con la diferencia que a nosotros también nos pusieron grilletes en la parte de atrás. Me tuvieron en la cárcel de máxima seguridad, en la celda 26. Me di cuenta que estaba en la línea amarilla y me di cuenta que era hombre muerto. A estos se nos sacaba a medianoche, a algunos se les hace simulacros de fusilamiento, nos ponían perros a la medianoche”, recapitula el exreo.

El exmiembro del Ejército, igualmente, enfatiza en que ellos pasaron “17 días nadando en heces fecales, en mierda. Nosotros les gritábamos que si así teníamos que pagar lo que supuestamente le habíamos hecho al Gobierno de intento de golpe (de Estado), nos echaban agua por debajo de la puerta y nos empernaron, uno sufre humillaciones, buscan acabar con tu dignidad, nos sacaban a la medianoche y nos ponían perros a que nos estuvieran olfateando el trasero”.
Desde finales de agosto hasta el 15 de octubre recuerda que lo mantuvieron sin comunicación con su familia y le impidieron recibir medicamentos para tratar su glaucoma. Tampoco le permitían recibir el sol y su celda no tenía luz eléctrica. Únicamente lo dejaban salir de la prisión cuando llovía.

Los verdugos de los presos políticos
Rogelio Gámez identifica como “los verdugos” de los presos políticos a los jefes del Sistema Penitenciario Nacional, quienes asegura eran los que “ordenaban y ordenan las torturas contra los reos políticos y comunes”.
En la lista, menciona, al prefecto Julio Orozco Tercero, la subprefecta María Josefa Peña López, Leonel Velázquez y Venancio Alaniz, ambos subprefectos, el alcaide Roberto Guevara, jefe de la Dirección de máxima seguridad, los alguaciles Vladimir Chávez Chávez, César Palacios y Roberto Guevara.

“No es ir a contar cadáveres”
Tras la situación de Nicaragua que ha dejado al menos 325 ciudadanos asesinados, más de 4,000 heridos y cerca de 80,000 exiliados, el exreo de la tiranía hizo un llamado a la “comunidad internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), a que sea más beligerante. No es correcto que vengan a contar cadáveres, no es ir a contar muertos, es evitar muertos, sino encontrarán una Nicaragua llena de muertos, una Nicaragua llena de cruces”.
Gámez siente que “la situación económica (de Nicaragua) viene muy oscura, el tirano está aferrado al poder, el tirano tiene las armas, sus pretensiones son llegar hasta el 2021 y él (Daniel Ortega) tiene muchos compromisos con los rusos”. Sostiene que teme por lo que le pueda pasar a él o a su familia y hace un llamado a la ciudadanía a que “nos sumemos a la lucha, a que la empresa privada llame a un paro nacional para así presionar aún más al Gobierno”.
“Cubanos colocaron las cámaras de seguridad en las celdas”
El exmilitante del Frente Sandinista recuerda que en las celdas de “La Modelo” colocaron un “sistema de censores y de cámaras. Lo instalaron cubanos, fui testigo de eso, y estaban operando bajo la sombra de la empresa Goliat”, misma empresa que forma parte de los negocios del clan presidencial.
Gámez menciona también que cuando mataron al preso político Eddy Montes, asesinado el 16 de mayo de 2019 en el penal, él vio desfilar a entre 300 o 400 oficiales portando sus armas de guerra y acompañados de perros. Las detonaciones se escucharon muy cerca minutos después porque “ellos (los custodios) dispararon contra los autoconvocados”.
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El exreo, en medio de su calvario, alberga la esperanza de alcanzar una Nicaragua “donde no se nos encarcele por querer una sociedad diferente, una Nicaragua sin dictadura porque ellos tienen las armas pero no la razón; tienen el poder pero no la verdad”, concluyó.
Claro quiere ahora hacer aparecer a los verdaderos opositores del régimen como delincuentes, queriendo ganar pueblo y lanzarse a las elecciones, pero estos Asesinos y Criminales Genocidas de Lesa Humanidad deben pagar por sus crímenes. No a la impunidad. VIVA NICARAGUA LIBRE!!! PARO NACIONAL INDEFINIDO YA!!!
Estos bárbaros creen que el pueblo es tonto. Este pueblo no olvida. Fuerza Nicaragua.