La dictadura orteguista, en su reciente comunicado leído por el canciller sandinista Dennis Moncada, insistió que no tiene contemplado el adelanto de elecciones como medida para salir de la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde el 18 de abril de 2018, que dejó al menos 325 asesinados por la tiranía, más de 70,000 de exiliados y más de 700 presos políticos.
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“Vamos a continuar fortaleciendo nuestra democracia e institucionalidad electoral en todos los aspectos que nos lleven a organizar y realizar elecciones nacionales transparentes y exitosas en el 2021”, dijo Moncada en su acostumbrada intervención a los medios oficialistas.
Por su parte, la opositora Alianza Cívica que decidió retirarse de la mesa de negociación con el gobierno por el incumplimiento de los acuerdos firmados, desde el 27 de febrero, ha insistido en un adelanto de los comicios, lo que implicaría unas prontas reformas constitucionales.

En el comunicado, la tiranía también hizo énfasis que a través de la Procuraduría de Derechos Humanos, continúan recibiendo denuncias de las supuestas víctimas de terrorismo. “Iniciar el cumplimiento de las líneas emanadas de la Ley de Atención Integral a Víctimas, para avanzar en los mandatos de cuidados esmerados y solidarios con las familias que sufrieron persecución, torturas, secuestros y pérdidas, tanto de seres queridos, como de sus medios de trabajo y subsistencia”, expresó el documento.
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El régimen concluyó su comunicado informando que continúan recibiendo “con cariño” a las personas exiliadas a raíz de la crisis sociopolítica, “luego de la tragedia impuesta por el intento fallido de golpe de Estado”, esto a pesar de que fue la misma violencia dirigida por el Estado la que obligó a dejar el país a cientos de ciudadanos.