Las remontadas inglesas son épicas, ayer lo hizo el Liverpool y este miércoles en Ámsterdam, lo igualó un Tottehnham que renació entre las cenizas, para vencer 3-2 (3-3 global) al Ajax y clasificar a la final de la Champions League donde le espera otro equipo inglés.
En el Johan Cruyff Arena la afición acompañó al equipo en los buenos y también malos momentos. El Ajax se apoderó del esférico en los primeros 45 minutos del encuentro, haciendo una demostración de poderío, confianza, pero sobre todo contundencia en el ataque.
Matthijs De Ligt abrió el marcador al minuto cinco, de cabezazo, el capitán del Ajax marcaba el primer tanto en el Arena, haciendo temblar los cimientos del estadio con una afición que se embriagaba de alegría. Los solados al mando de Erik Ten Hag marcaron el segundo através de Ziyech al minuto 35, pero el panorama cambiaría en la segunda parte.
El Tottenham entró con hambre al campo de juego en los últimos 45 minutos, tuvo que sentir la soga al cuello para que reaccionara y lo hizo por medio de Lucas Moura, quien marcó los tres goles del triunfo del conjunto británico y se consagró en el héroe del club y verdugo para su rival.
El Ajax sufrió en la segunda mitad, su línea defensiva estuvo tambaleante en los momentos cruciales, pero contaba con su portero, Onana, que le salvó el pellejo en cada oportunidad, insidente extendiendo sus brazos y leyendo el ataque de su adversario para alejar el peligro.
Sin embargo, Onana no fue suficiente para resisitir los arribos del coreano Heung Min Son, mucho menos en cómo desarticular la proyección que Eriksen le daba en el medio sector, pero sobre todo esos garrafales errores en el marcaje del Ajax le pasaron una factura muy cara, al dejar solo a Moura listo para afilar su puntería que aniquiló al equipo holandés.
Las variantes tácticas de Ten Hag fueron cuestionables. Dejó esperando y sentado al experimentado Huntelaar en el ataque, un tipo que cuenta con la frialdad de un nueve que pudo haberle dado más goles a los locales, pero el estratega prefirió a un Sinkgraven que se extravió en el campo de juego. Magallán, uno de los nuevos en el equipo holandés, entró para cerrar la defensa, pero no logró mucho, sus minutos fueron desapercibidos como lo ha sido en toda la temporada, sin pena, ni gloria.
La fotografía final fue un retrato triste en el Arena Johan Cruyff, un Ajax que tuvo una brillante temporada y quedó a un minuto de estar nuevamente en la final, algo que no ha logrado desde 1996, cuando perdió ante la Juventus. Fueron dos remontadas épicas en estas semifinales, y qué manera de hacerlas, al estilo y furor del fútbol inglés. Tottenham y Liverpool se verán el primero de junio en el Wanda Metropolitano en Madrid, en el último capítulo de la competición más importante de clubes europeos.