La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió este 1 de mayo un nuevo mensaje pastoral -esta vez en ocasión de la Pascua de Resurrección-, donde aseguran que se ha prolongando el dolor en las familias nicaragüenses debido a la crisis sociopolítica.
“Los presos políticos, la falta de respeto a los derechos constitucionales, los exiliados, los refugiados, los asilados, la pobreza, el desempleo, la inseguridad, el conflicto por tierras y sus correspondientes consecuencias por el desplazamiento de familias del occidente a la Costa Caribe del país invadiendo las tierras fértiles que han poseído históricamente los pueblos indígenas y aquellas reservas nacionales como Indio-Maíz y Bosawas, evidencian que sin la presencia del Dios que ha puesto su tienda entre nosotros, no hay futuro”, afirman los obispos.
Cabe señalar que este es el primer mensaje pastoral que emite el Episcopado tras la salida abrupta de monseñor Silvio José Báez como obispo auxiliar de Managua; que es considerada como un “exilio” pedido por el régimen orteguista al Vaticano para que pudieran proseguir las negociaciones entre gobierno y la oposición que se mantienen en el INCAE.
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“Estamos llamados el concepto integral de paz y, en este sentido, edificar una sociedad donde la paz sea perdurable, justa y coherente con los intereses de todos”, señalan los jerarcas católicos, subrayando que la paz que necesita Nicaragua no es repitiendo una historia de “sufrimiento, muerte, dolor y agonía”.
“La libertad no admite plazos”
Los obispos reiteran en su mensaje pascual su llamado a que el régimen orteguista respete los derechos constitucionales del pueblo nicaragüense, entre ellos los derechos de movilización, expresión y participación efectiva en la vida pública.
“Un Estado moderno y funcional, ético y moral, está en la obligación de tutelar, respetar, promover y defender estos derechos, que son también anteriores a cualquier acuerdo social (…) La libertad de la persona no admite plazos, ni condiciones ni excusas burocráticas”, remarca la jerarquía católica, recalcando que los nicaragüenses deben ejercer sus derechos en el marco de “la Constitución Política, las leyes y tratados internacionales ratificados soberanamente por Nicaragua”.
También constatan que es “un imperativo que en una sociedad no existan acciones de represión y persecución, propiciando, antes bien un clima de irrestricta libertad y confianza”.
Claman por la libertad de expresión y prensa
Los obispos de Nicaragua, igualmente, piden al régimen orteguista que respete el derecho que tienen los nicaragüenses de recibir y emitir información veraz y oportuna.
“La libertad de prensa y expresión es un requisito fundamental para construir un orden democrático en Nicaragua, un Estado moderno y pluralista. Sin libertad de expresión, todas las demás libertades se marchitan y terminan por fenecer. Ella encarna el poder del pueblo de pronunciarse, denunciar, acceder a la información y nutrirse del infinito intercambio de ideas, opiniones y posiciones”, destacando que el ejercicio de la libertad de expresión y prensa debe realizarse evitando “la desinformación, la calumnia, la difamación y el amor por los escándalos”.
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Poderes públicos “confiables e independientes”
En el capítulo dedicado a la institucionalidad del país; reiteran la urgencia de una renovación integral del Consejo Supremo Electoral (CSE) y la Corte Suprema de Justicia (CSJ), a la vez que remarcan que no se puede dilatar por más tiempo la reestructuración del Estado nicaragüense para que ninguna persona o poder del Estado esté por encima de los demás.
“No debemos olvidar que el respeto de una democracia debe inspirarse en la idea de fortalecer las instituciones y los principios que fundamental el estado de derecho: supremacía de la ley, división de poderes y respeto a los derechos humanos. Lo cual implica que las estructuras de gobierno no sean un poder arbitrario ni la oportunidad para repartición de cargos, prebendas y privilegios”, subrayan los obispos.
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Asimismo, destacan que la independencia de los poderes públicos le brinda estabilidad al país y confianza de la ciudadanía por las instituciones del Estado.
“En el caso del poder electoral es necesario que de acuerdo a las normas establecidas, se renueve de tal manera, que sea confiable e independiente, de tal modo que se dé un proceso electoral neutral, imparcial y observado nacional e internacionalmente. De lo contrario, no se darán elecciones libres. El pueblo es el verdadero soberano”, puntualiza el Episcopado.
Por su parte, los obispos esperan que la CSJ sea “absolutamente independiente” y que al momento de administrar la justicia se haga “imparcial, profesional y éticamente impartida al margen de los designios políticos, partidarios e ideológicos. Sin justicia independiente no hay libertad”.
Paz, fruto de la justicia
Los obispos de Nicaragua sostienen que para que el país pueda “construirse moralmente”, se necesita que se busque la justicia por todas las violaciones a derechos humanos que se cometieron en el país, sin impunidad.
En esta parte del mensaje pascual, los obispos hacen referencia a “los esfuerzos de la Santa Sede” a través del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag para encontrar una solución a la crisis sociopolítica nicaragüense. “Estos acuerdos han de estar cargos de profundo sentido ético y moral, capaz de revelar la tragedia y el dolor de las víctimas”.
“No hemos de olvidar que la verdad y la justicia se besan. Esta es la certeza que debe guiar la búsqueda de nuevos horizontes en Nicaragua, lo que exige contemplar la verdad sobre los hechos, la no impunidad de los culpables, la reparación y reinserción de las víctimas y sus familiares así como garantías de no repetición. Es lo único que puede darle garantías a los ciudadanos. Solo así puede construirse moralmente un país”, finalizan los obispos.