El poeta y sacerdote trapense Ernesto Cardenal ha manifestado que Nicaragua, tras el inicio de la crisis sociopolítica de abril de 2018, se necesita “un cambio verdadero” que pasa necesariamente por la salida del poder de Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo; según ha revelado en una entrevista con la televisora pública de Alemania, Deustche Welle (DW).
“Y lo sigo diciendo: no al diálogo. Queremos simplemente que la pareja presidencial se vaya, no hay nada que dialogar”, aseguró Ernesto Cardenal, de 94 años y quien se recupera satisfactoriamente en su casa en Managua, tras pasar ingresado casi todo el mes de febrero en la sala de cuidados intensivos de un hospital privado capitalino debido a una infección renal.
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Cardenal afirmó que la situación en Nicaragua está cada vez peor, debido a la falta de libertades públicas y la represión policial que mantiene el régimen de Daniel Ortega en las calles. También pidió a la comunidad internacional estar pendiente de la crisis nicaragüense, ya que en el país nadie está exento de sufrir represalias.
“Ellos deberían saber lo que está pasando sin que yo se los diga. No tengo libertad para decirlo, no hay libertad de ninguna clase. Cualquiera puede sufrir la represión. Ni yo estaría libre tampoco”, expresó Cardenal, quien recientemente fue readmitido en sus funciones como sacerdote por el papa Francisco.
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El también exministro de cultura de la Nicaragua revolucionaria (1979-1988) manifestó que aunque no sabe cuál sería la mejor forma de resolver la crisis que vive Nicaragua, cree que en el pueblo existe la voluntad de un cambio verdadero que alimenta la esperanza en la vida cotidiana durante el último año.
“La situación está peor. Queremos salir de esto, queremos un cambio total de país, un verdadero cambio social (…) Lo sabe el pueblo, que es el que lo puede hacer. Y los jóvenes principalmente, que lo intentaron aunque no tuvieron éxito. Pero seguimos esperando. La esperanza es lo que nos mantiene”, subrayó el autor de Oración por Marylin Monroe.
El papel de la juventud en la nueva revolución
El 17 de marzo, Ernesto Cardenal recibió la visita del sacerdote español Ángel García Rodríguez (director de la ONG Mensajeros de la Paz) y de la escritora madrileña Lucía López Alonso, donde también tuvo palabras para elogiar el papel de la juventud durante la actual crisis sociopolítica y también manifestó su rechazo al régimen orteguista.
“Se cumplió lo que mi hermano Fernando soñaba: los jóvenes salieron a la calle. Inesperadamente. Los que derrocamos a Somoza estamos viendo repuntar la revolución en la juventud de ahora, que ha vuelto a echarse a la calle”, dijo Cardenal a la escritora Alonso, en declaraciones recogidas en una crónica publicada hoy en el periódico español El Mundo.
La salida de Ortega es la solucion a la crisis politica el y la liberacion de los 802 presos politicos debe ser de Inmediato no mas rodeo, desde abril pasado reprecion masiva y asesinatos eso es lo que Ortega a recetado al pais, Insiste en seguir en el poder para que no tiene capacidad para ser presidente Convirtio a Nicaragua en un Gobierno criminal lavado de dinero narcotrafico crimenes de lesa humanidad genocidio que esperan los Organismos Internacionales para enviar la orden de arresto contra ortega murillo y sus secuases Basta Ya!
*A ERNESTO CARDENAL*
*_”Cura por vocación,
poeta por elección,
político por necesidad,
un ejemplar nicaragüense por su patriotismo,
por tu pureza de pensamiento,
te negaste a seguir a los impíos,
los que en una época dura, fueron tus amigos, tus compañeros, tus camaradas,
para devenir en convertirse en tus ferrios enemigos,
por no acompañarlos en sus malos actos,
más bien, que por ti fueron denunciados,
y no hablo sólo en el campo político,
en el esclesiástico también enemigos ganaste,
por apegarte ferreamente a las enseñanzas de Cristo,
porque con tu ejemplo decidiste escoger el Calvario de Nuestro Señor Jesucristo,
cargaste tu cruz que rindieron magíficos frutos,
Dios te diera más fuerzas y energías,
para que ahora que los hombres insensatos que un día te condenaron y hoy te han levantado tu pena,
tengamos el honor, la honra y el privilegio de escuchar una homilía tuya,
pidiendo por la libertad de tu pueblo,
y por la de pueblos hermanos,
que hoy son vilmente masacrados y subyugados,
por viles tiranos, iguales o quizás peores, que los que un día tú combatiste y condenaste,
que se escuchen nuevamente tus plegarias revolucionarias que a campo abierto una vez se escucharon en Solemtiname,
danos la dicha de escuchar ahora que se viven tiempos similares o peores,
unas plegarias vandálicas, que salidas de tu impecable boca,
directamente desembocan ante Nuestro Señor Jesucristo,
para que nos sintamos seguros de nuestro triunfo.*