Mujeres integrantes de la Articulación Feminista de Nicaragua, madres y familiares de presas políticas se unieron este ocho de marzo para demandar la libertad de las mujeres secuestradas por la dictadura.
En el día internacional de los derechos de las mujeres, las demandas de libertad, democracia, justicia e igualdad siguen siendo las exigencias de las mujeres para la agenda de la negociación entre el régimen y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
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Mirna Blandón secretaria del Movimiento Feminista de Nicaragua manifestó que este ocho de marzo, se unen para denunciar la impunidad ante los femicidios y otras formas de violencia, la violación sistémica de los derechos humanos, los asesinatos, torturas, agresiones sexuales y secuestros perpetrados por el régimen Ortega Murillo.
Por su parte, Juanita Jiménez, del Movimiento Autónomo de Mujeres explicó que en Nicaragua existen al menos 776 personas detenidas de manera arbitraria por la dictadura, de estas, 64 son mujeres y ocho se encuentran en huelga de hambre, sin que sus familiares obtengan información sobre su salud.
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En un acto de acercamiento y solidaridad con las madres de las presas políticas, las mujeres les entregaron postales con mensajes de orgullo y reconocimiento a las mujeres que han sido privadas de libertad por la dictadura.
La madre de Amaya Coppens, Tamara Zamora expresó su agradecimiento al gesto de las mujeres y realizó un llamado a la unidad femenina de cara al futuro de Nicaragua.
“Agradecer profundamente este gesto que nos anima y es lo que nos da fuerza, creo que ha llegado el momento de que nos unamos, y no nos unamos solamente por las circunstancias, que lo miremos de cara al futuro, yo he sentido en esta experiencia muy dura que al fin y al cabo son hombres los que están detrás de todo esto (la violencia y represión) y entonces pienso que es el momento de reivindicarnos y hagamos que el poder se comparta con las mujeres”.
Al final del evento las mujeres lanzaron al aire globos en señal de libertad, y como muestra de resistencia pacifica ante la dictadura. Este es el primer año en la última década que las mujeres no marchan en las calles un ocho de marzo, por las amenazas de la dictadura de criminalizar su derecho a la movilización.