En una entrevista para un medio de comunicación internacional el primer comisionado de la policía orteguista, Francisco Díaz, negó que ese cuerpo armado violara derechos humanos de los nicaragüenses. Según el consuegro del presidente y de la vicepresidenta, la policía solo se defendió de personas «armadas, influenciados por drogas, estaban borrachos (…) no he violado ningún derecho humano», dijo al medio noruego Dagblatet.
La entrevista que fue concedida a finales de noviembre de 2018 al periodista Halldor Hustadnes, muestra al jefe policial justificando los asesinatos perpetrados por la institución a su cargo y por una banda de paramilitares encapuchados, armados por el Gobierno. Díaz dijo que los manifestantes «atacaron las unidades policiales. Nos defendimos a nosotros mismos».
El jefe policial recreó ante este medio internacional la misma tesis de «intento de golpe de Estado», que desde la dictadura orteguista es repetida por funcionarios, fanáticos y medios de propaganda.
Así mismo Díaz arremetió contra los organismos internacionales de derechos humanos, que han señalado que la policía es la principal ejecutora de violencia en contra de los manifestantes. El consuegro presidencial dijo que «las organizaciones de derechos humanos están manipulando los números. Pusieron en la lista a muertos vivos». Según el jefe policial, en las listas de estos organismos han incluido muertos en accidentes, muertes por el crimen organizado, y hasta muertes naturales.
«(Los organismos) no ven los derechos humanos de los sandinistas. No ven los derechos humanos de la policía (…) Atacaron nuestras casas. Robaron las tiendas. Prenden fuego a las casas del FSLN», afirmó el consuegro de Ortega y Murillo .
Ante las cámaras de Dagblatet, Francisco Díaz defendió a los paramilitares y su actuar en la represión. Los llama policías voluntarios y señala que trabajan en conjunto con la policía en «acciones preventivas». Ante el cuestionamiento de porque salen a las calles estos «policías voluntarios» con el rostro encapuchado, dice que es por seguridad, y aclara que todos los paramilitares eran dirigidos por oficiales de policía vestidos de civil.
«Participaron como lo dictan nuestros estándares legales, no cómo la derecha lo quiere hacer ver (…) No todo el mundo era un policía voluntario, sino también nuestros oficiales de policía profesionales. En la ley de cualquier país, cuando la vida está en peligro, a la policía se le permite usar pasamontañas para proteger su identidad».
En la entrevista estuvo presente el inspector general de la Policía, Jaime Antonio Vanegas, quien se ha encargado muchas veces de leer las acusaciones en contra de los jóvenes capturados por la policía a los que llaman «terroristas». Finalmente, Díaz, reveló que durante la represión «la mayoría eran oficiales de policía profesionales en operaciones ocultas», por lo que defendió que la policía se mezclara con los paramilitares.
El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), en su informe final sobre las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses concluyó que en Nicaragua se cometieron crímenes de lesa humanidad, y señaló que la policía orteguista usó armas de guerra para atacar a los civiles.
En defensa propia…. Pero no han querido que venga la Comision Especial de Investigación de los Derechos Humanos a INVESTIGAR.
El mundo entero sabe que ustedes reclutaron y armaron ex militares, ex policías y delincuentes de toda calaña. Muchos de ellos pagados con dinero en efectivo y prebendas de todo tipo, incluyendo el ingreso a la Policía o a las nóminas del Estado. Ustedes, en su profunda incompetencia dejaron pasar más de 10 años sin tener un protocolo policial decente de control de multitudes, apegado a estándares internacionales, que es una de las tantas observaciones que hizo Amnistía Internacional. Ustedes, en su profundo autoritarismo y criminalidad se han dedicado a perfeccionar un aparato amoral, represivo y mentiroso que no dudó ni un segundo en disparar con sus Dantos y sus DOEP disfrazados a gente desarmada de todas las edades y ejecutar operaciones de infiltración con las que provocaron violencia y daños que les han servido para victimizar su “buen gobierno”, criminalizar la protesta y llevar gente inocente a la cárcel. Ustedes, en su afán de limpiarse la sangre con la que están bañados, ahora contradicen a Ortega y quieren justificar la barbarie y esa mezcla escandalosa que hicieron de su dizque Policía y ese ejército de matones desadaptados y cobardes, pero ya no engañan a nadie. Aunque aprueben su “ley de reconciliación” y sigan imponiendo su “normalidad” a punta de vigilancia, delación de hermanos y cárcel, pagarán por sus crímenes más tarde o más temprano. AQUÍ YA NADIE DUDA QUE USTEDES ESTÁN ENCUBIERTOS Y MUY CALLADITOS, DESTRUYENDO EVIDENCIAS DESDE EL AÑO PASADO, pero no hay vuelta atrás. Pueden borrar todos los discos duros que quieran, desaparecer expedientes y papeles, esconder, trasladar y cambiar la identidad de los “compas” que les dé la gana; incluso, pueden mandar de regreso a su país a todos sus asesores y matarifes profesionales que vinieron a hacernos daño, pero este pueblo y la comunidad internacional está tomando nota y documentando todo desde hace rato. Si Nicaragua siempre estuvo repleta de terroristas, viciosos, narcos y policias encubiertos, como usted sigiere, entonces su modelo de “seguridad ciudadana” siempre ha sido una farse. La sangre de esos niños, jóvenes y adultos, todos “drogos” y “borrachos” que ustedes mataron, no será más difamada. El tiempo se les está acabando y USTED lo sabe muy bien, don Paco.