Mediante la Cancillería General de Nicargua, el régimen de Daniel Ortega envió un comunicado oficial al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, sobre los hechos supuestamente perpetrados por la banda delincuencial «El Jobo», el pasado 17 de enero en la zona Río San Juan, que dejó como resultado cuatro policías asesinados.
La dictadura de Daniel Ortega, que durante su mandato autoritario ha despreciado el trabajo de los medios de comunicación, para «validar» su versión de lo ocurrido ante las autoridades costarricenses cita varios artículos de medios de comunicación ticos y un medio de Estados Unidos.
«El New York Time del 14 de enero de 2019 y el Diario Extra de Costa Rica del 15 de enero de 2019, circularon información sobre la existencia de las autodenominadas “casas de seguridad” en las zonas fronterizas y en Alajuela, donde se aglutinan personas que lideran agrupaciones delictivas diversas».
El pasado 18 de enero, el Gobierno de Costa Rica negó que en su país operen bandas criminales vinculadas a los asesinatos de cuatro policías, según lo declaró el director de la Policía de Fronteras, comisionado Allan Obando Flores.
«El ministerio de Seguridad Pública quiere descartar y negar categóricamente que nuestro territorio sea utilizado (por delincuentes) para atacar a países vecinos. En este momento el Ministerio de Seguridad Pública mantiene en nuestras fronteras patrullajes constantes con la finalidad de rechazar cualquier grupo criminal que opere en nuestra frontera y a la vez darles seguridad a los habitantes que se encuentran en nuestro territorio».
Mientras que la nota de protesta de la dictadura sandinista prosigue citando a El New York Times: «Uno de los testigos de esta actividad indicó que el movimiento de personas es constante y la propiedad donde se instala sería de un funcionario municipal de un cantón cercano».
La nota diplomática del régimen llega a tal punto de citar unas declaraciones de una fuente anónima que pronostica una guerra.
«La Prensa Libre de Costa Rica, en su edición del 15 de enero de 2019, publicó que un nicaragüense identificado como “Comando” pronostica una de las guerras más sangrientas en la historia de Nicaragua».
La Policía del régimen de Daniel Ortega señaló que la banda “El Jobo” se dedica a cometer “delitos de asalto, narcotráfico y abigeato desde su base en Costa Rica”, lo que es rechazado por las autoridades de la administración de Carlos Alvarado.
Finalmente, la dictadura orteguista exigió a Costa Rica, «el cumplimiento de sus compromisos internacionales de brindar las garantías en el resguardo de las fronteras en el sector costarricense, a fin de evitar las acciones criminales que ejecutan estas agrupaciones delincuenciales procedentes de Costa Rica en territorio nicaragüense».
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En un intento de acercamiento la dictadura que lideren Daniel Ortega y Rosario Murillo aseguraron que es necesario «establecer mecanismos de coordinación bilateral, (con Costa Rica) que nos permitan hacer frente a estas manifestaciones de crimen organizado procedente de territorio costarricense».
Los oficiales asesinados fueron identificados como José Luís Montenegro Masís, Karina Vanesa Ramírez, Jonathan de Jesús Narváez Rivas y Carlos Iván Tenorio Obando. El reporte de la institución nicaragüense también agregó escuetamente que en el mismo ataque desapareció el policía Maynor José Hurtado. Sobre este agente no hay mayor información.