Finalmente, uno de los juicios más largos y de mayor publicidad en los medios de propaganda de la dictadura, que se llevó en los tribunales orteguistas, llegó a su final. Cristian Mendoza Fernández, conocido con el alias de «El Viper», fue sentenciado a 59 años de prisión por los delitos de crimen organizado, portación ilegal de armas, terrorismo y asesinato.
Edgard Altamirano, Juez Noveno de Distrito Penal de Managua, fue el designado para dictar la condena contra «El Viper». Los 59 años a los que fue condenado se dividen en 27 años por el asesinato del estudiante Keller Steven Pérez, de 23 años, quien fue asesinado y su cuerpo fue lanzado la madrugada del 22 de mayo en la Cuesta el Plomo, el cadáver presentaba claros signos de tortura.
«El Viper» tambien fue condenado a 6 años de prisión por el delito de crimen organizado, 5 por robo agravado, tres años por posesión de drogas y dos años por secuestro simple en contra de Jenner Barrios. De cumplir su condena «El Viper» solo estará un total de 30 años en prisión, por ser esta la pena máxima en Nicaragua.
El Juez Altamirano señala en su condena que Cristian Mendoza cumpliría condena hasta el 5 de junio del año 2048. Por su parte, Ricardo Ramírez, el abogado defensor de «El Viper» señaló que esta condena es desproporcionada, por lo que apelarán la sentencia buscando una reducción de la pena.
El 31 de mayo, «El Viper» fue capturado por un grupo de paramilitares orteguista a plena luz del día en el barrio El Riguero. Ese día también fueron capturados los jóvenes Andrew Salvador Úbeda Martínez y Katherine Nourian Ruiz López.
«El Viper», quien era trabajador del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) encontró el lugar perfecto para instalarse en la Universidad Politecnica (UPOLI) durante las primeras semanas de protesta que iniciaron el 18 de abril. Nadie sabe cómo logró hacerse del control de la seguridad dentro del campus, pero lo cierto es que según testimonios la imagen de «El Viper» producía temor.
El condenado tenía un circulo de personas cercanas con las que manejaban armas, se comunicaban con radios y tenían vehículos y motocicletas, según algunos estudiantes, «El Viper» incluso mostraba arranques de paranoia, en los cuales señalaba a sus propios compañeros de ser infiltrados o policías.
Durante estuvo en la Upoli, algunos universitarios denunciaron que «El Viper» tenía a varios estudiantes como rehenes y hasta fue acusado de tortura e intimidación. Finalmente, el 24 de mayo los universitarios lo expulsaron del campus y lo señalaron de ser infiltrado de la Juventud Sandinista (JS), así como de dar información a la policía sobre las medidas de seguridad a lo interno del recinto.
Algunos estudiantes que han estado presos en las celdas de El Chipote, donde «El Viper» permanece desde que fue capturado, señalan que el joven tiene trato preferencial y sospechan que sigue siendo colaborador de la dictadura para dar con la ubicación de otros jóvenes y estudiantes que también participaron de la insurrección cívica de los últimos meses.
Después que fue capturado, y pese a permanecer como delincuente, «El Viper» ha sido usado por la dictadura de Ortega para mostrarlo en la televisión oficial como el «testigo fiel» de la supuesta conexión entre el movimiento universitario y el politólogo Félix Maradiaga.
La dictadura usa el testimonio de «El Viper» para sustentar los señalamientos de que Maradiaga era el financiador de las protestas de la UPOLI. De ese financiamiento el régimen no ha presentado ninguna prueba.