La Policía orteguista bajo, las ordenes de Francisco Díaz, consuegro del dictador Daniel Ortega, ha iniciado una serie de cursos denominados «Concentrado Táctico Militar Policial», donde reciben un intenso entrenamiento militar en zonas montañosas del país.
Lea: Rearmados mandan otro mensaje a Daniel Ortega
Los oficiales son entrenados con fusiles AK-47, rifles y escopetas, también reciben técnicas de camuflaje. En un video, publicado el pasado 29 de octubre, el comisionado general Fernando Borge aseguró ante 36 oficiales que habían acabado el curso militar que se preparan contra el «enemigo de la paz, de la tranquilidad y de la seguridad, y debe quedar claro el imperialismo que nosotros también estamos preparados para defender nuestras conquistas. Y allí está ese grupo y muchos compañeros que en todo el territorio nacional nos estamos preparando para asestar nuevas derrotas al enemigo».
Pese a que la dictadura desde sus medios de propaganda está constantemente asegurando que toda ha vuelto a la normalidad este tipo de discursos y entrenamientos bélicos reflejan lo contrario.
Lea: Reaparece grupo armado al manda del «Flaco Gutiérrez»
Las preparaciones en técnicas y tácticas militares en la Policía se conocieron después que, a través de videos que han circulado en las redes sociales, se vio a hombres vestidos con uniformes camuflados y armas de guerra, asegurando que son campesinos que se han rearmado contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Entre los alzados en armas está Gerardo «El Flaco» Gutiérrez un exmiembro de la Resistencia Nicaragüense que participó de la guerra en la década de 1980 y que ha sido el único de los rearmados que ha logrado escapar de la cacería que ejecuta el Ejército, en conjunto con la Policía, en contra de estos grupos rebeldes a quienes han tildado de delincuentes comunes.
Según un informe de Amnistía Internacional la policía orteguista y los paramilitares afines al régimen han utilizado contra los manifestantes al menos siete tipo de armas de guerra que son de uso exclusivo del Ejército Nacional, lo que dejó un saldo de entre 325 y 535 según informes de varias organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales.
A los nicaraguenses que quedemos, bajo estas agresiones inventadas (a como siempre) viene muchas restricciones a la población: como el servicio militar obligatorio, a cultivar la tierra, agricultura y ganadería etc. toda la ciudadanía a trabajar por alimento porque no habrá moneda de curso legal, control de las remesas. etc.