La Iglesia nicaragüense sigue recibiendo ataques mediáticos orquestados por el régimen orteguista, destinados a minar la credibilidad de los obispos y sacerdotes católicos de Nicaragua, debido a su compromiso en defensa de los derechos humanos, la verdad y justicia para el pueblo.
Según corresponsales internacionales consultados por Artículo 66, la invitación habría sido hecha llegar por Idania Castillo-Leets, ex esposa de Juan Carlos Ortega Murillo, directora de la Cinemateca Nacional y enlace de Rosario Murillo con la prensa extranjera, a través del CCC.
Al mismo tiempo, el padre Rivas convocó a la feligresía católica a orar ante el Santísimo Sacramento en el templo Inmaculada Concepción de María de la colonia 14 de Septiembre, para “contrarrestar el mal que el diablo quiere hacer desde el territorio parroquial, empañando la imagen de nuestros pastores”.
Nueva-Vieja estrategia para dividir la Iglesia
La estrategia gubernamental, parece abrir un nuevo frente, el teológico. La comunidad San Pablo en realidad son militantes históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que radican en la colonia 14 de septiembre de Managua.
Dichos adeptos al oficialismo tomaron parte activa de la histórica parroquia San Pablo Apóstol de Managua, que en los años 60 y 70 (con ayuda de sacerdotes extranjeros) impulsaron con mayor dinámica la opción preferencial por los pobres expresada en el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Obispos de América Latina, celebrada en Medellín en 1968.
Dicha opción preferencial por los pobres, los llevó a constituir la denominada “Comunidad Eclesiales de Base San Pablo”; que luego serían los enclaves populares que apoyaron la lucha armada contra Somoza en los barrios orientales de la capital.
Ya en los años 80, durante las tensiones entre el gobierno sandinista y la Iglesia Católica –liderada por el cardenal Miguel Obando- (provocada por la creación de la denominada Iglesia popular, en contraposición a la Iglesia Católica liderada por el Papa y los Obispos, de corte marcadamente sandinista), la parroquia se dividió entre simpatizantes sandinistas y quiénes querían que la comunidad parroquial estuviera bajo la comunión de la jerarquía católica nicaragüense.
Hubo episodios dramáticos, tales como la agresión violenta a punta de pistola que hicieron los adeptos al FSLN contra el entonces párroco, Jorge Solórzano Pérez (hoy, obispo de Granada) para conservar el templo religioso dónde se celebraba la eucaristía.
“Su Eminencia pensaba que esa Parroquia (San Pablo Apóstol) se iba a perder, y me propuso a mí hacer el último intento de llevar la fe católica a esas colonias. Me expulsaron las Comunidades Eclesiales de Base, me sacaron con la pistola en la sien”, dijo Monseñor Solórzano en el año 2000, en una entrevista con el diario La Prensa.