Hace 15 días llegaron los primeros paramilitares a la Isla de Ometepe. Muchos viajaron en grupos pequeños para no ser identificados. Luego aparecieron como policías vestidos de civil y finalmente, entraron a la Isla los militares. Las hordas orteguistas desataron una feroz persecución contra los jóvenes autoconvocados, quienes desde el 18 de abril activaron la protesta ese destino turístico de solo 276 kilómetros cuadrados.
Hasta antes de la imposición del terror orteguista, la Isla de Ometepe era identificada con orgullo por sus habitantes como “el oasis de paz”. Los turistas nacionales y extranjeros encontraban ahí un verdadero paraíso natural. Ahora, está convertida en un lugar triste. Sus jóvenes andan huyendo, centenares han salido de la Isla en pangas y otros, quizá, decenas, permanecen escondidos en el bosque y fangales de las faldas de los volcanes Maderas y Concepción.
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Las protestas en la Isla de Ometepe no iniciaron desde el 18 de abril, pues ese lugar ha sido uno de los puntos que ha mantenido constante movilización para exigir la derogación de la ley canalera (Ley 840). Desde el estallido social de abril, los isleños ya estaban organizados y decidieron realizar marchas contra el régimen de Daniel Ortega.
Henry Ruiz, miembro del Movimiento Campesino y habitante de la isla, tuvo que salir de su casa por la persecución en su contra y dejó a toda su familia en Ometepe. Ruiz aseguró que a su vivienda «han llegado buscándome y como no me encuentran están asediando a mis familiares, los paramilitares llegan buscando a los jóvenes y se meten a las casas y muchos de ellos han tenido que salir huyendo a las faldas de los volcanes Concepción y Maderas».
Durante las protestas de abril también se registraron marchas en los municipios de Moyogalpa, Altagracia y en Rivas. Desde que empezó la cacería contra los manifestantes azul y blanco la isla se ha paralizado, los negocios están cerrados, las operadoras turísticas no están atendiendo, las obras de construcción quedaron a medio hacer y poco a poco el “oasis de paz” está quedando desabastecida de productos básicos.
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Una fuente consultada por Artículo 66 reveló que los policías orteguistas les han quitado los motores a los pescadores para evitar que los jóvenes que andan huyendo puedan salir en esos pequeños barcos.
El campesino Henry Ruiz responsabiliza directamente de brindar logística a los paramilitares a la alcaldesa Aurora Álvarez y Orlando Meza, vicealcalde de Altagracia. «Yo le dije personalmente a la señora Aurora que no podíamos caer en este tipo de ataques, que todos en la isla nos conocemos y ahora los chavalos tenemos a todos los hombres de la isla huyendo. Muchos de estos chavalos iban solo con la ropa que llevaban puesta, deben estar sufriendo lluvia, hambre, y seguro se van a enfermar por la mala alimentación».
La fuente consultada, bajo condición de anonimato, informó que en Altagracia permanecen unos 100 hombres, entre policías, paramilitares y militares. El informante explicó que, en los últimos días, el régimen ha desplegado todas las fuerzas represivas para perseguir a los jóvenes, sin resultado alguno. El fango y los matorrales, que para los grupos armados del Gobierno son desconocidos, para los jóvenes isleños han servido para camuflarse y escabullirse.