Desde hoy el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), será presidida por los Estados Unidos. Esta instancia está compuesta por cinco miembros permanente: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China, y diez miembros no permanentes: Bolivia, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Etiopía, Kasajistán, Kuwait, Países Bajos, Perú, Polonia y Suecia.
Este cambio de presidencia está establecido en los propios estatutos del organismo y se rota mensualmente de forma alfabética.
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Esta presidencia estará encabezada por la embajadora estadounidense Nikki Haley, y llega en un mes donde es posible que la ONU aborde el tema de la crisis política y de derechos humanos que se vive en Nicaragua, desde el 18 de abril.
El sábado 1 de septiembre salió del país el grupo de trabajo del Alto Comisionado de Naciones Unidas, luego de que Daniel Ortega y Rosario Murillo los expulsaran. Esta reacción desmedida de la dictadura fue provocada por el fuerte informe emitido por dicho grupo de trabajo donde señalaban las graves violaciones a los derechos humanos que Ortega-Murillo han perpetrada en contra de los nicaragüenses que se manifiestan contra el régimen dictatorial.
Esta semana también fue ratificada como nueva Alta Comisionada de Derechos Humanos la expresidenta chilena Michelle Bachelet, a este respecto António Guterres, Secretario General de la ONU, elogió a Bachellet por su trayectoria y señaló que era la persona idónea para ocupar tan alto cargo.
«En su país, ha conocido las alturas y las profundidades al ser la primera mujer en servir como presidenta, pero también como superviviente de la brutalidad por parte de las autoridades que la atacaron a ella y a su familia hace muchas décadas. También fue una pionera aquí en las Naciones Unidas, la primera líder de ONU Mujeres, dando a esa nueva entidad un inicio dinámico e inspirador».
En las últimas semanas, el Gobierno de Daniel Ortega ha entrado en serias contradicciones con las Naciones Unidas. El jefe del Ejecutivo nicaragüense calificó a la ONU como «un instrumento de la política de muerte, el terror y de la mentira».