[vc_row][vc_column][vc_column_text]El 30 de mayo de 2018 nunca se olvidará en Nicaragua. Lo que fue la madre de todas las marchas en solidaridad con las Madres de Abril y en repudio a los asesinatos cometidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo terminó siendo otra matanza cometida por la Policía Nacional y las turbas paramilitares, armadas con fusiles de guerra por el orteguismo.
Las madres de abril y de mayo
Las banderas azul y blanco pintaron las calles de Managua. Madres jóvenes cargando a sus hijos, abuelas rodeadas de sus nietos, padres cargando en hombros a sus hijas, ancianos con bastones, universitarios y hasta las mascotas salieron de la rotonda Jean Paul Genie para llegar hasta el portón principal de la Universidad Centroamericana (UCA).
En medio de aquel mar de gente, desfilaban las Madres de Abril. Aquellas mujeres, con el corazón destrozado y los rostros acongojados, exigían justicia por sus hijos asesinados por el régimen de Daniel Ortega. Cada tres cuadras que avanzaba la multitud había una pausa y un silencio espeso que era roto por una voz de mujer que gritaba: Álvaro Conrado Dávila, Managua. Richard Antonio Pavón Bermúdez, Tipitapa, Carlos Alberto Bonilla López, Ciudad Sandino, Ángel Gahona, periodista de Bluefields. Entre cada nombre había un grito de justicia y presente.
Las turbas los estaban esperando
Nadie se imaginaba que al llegar a la rotonda Rubén Darío, frente a Metrocentro, se desataría la masacre del 30 de mayo, que dejaría casi 200 heridos y al menos 15 fallecidos. Estas son las cifras que ha podido verificar el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, hasta el momento.
En la avenida universitaria y a los alrededores del estadio nacional se escucharon disparos y morterazos, de nuevo francotiradores dispararon con armamento de grueso calibre y precisión hacia los manifestantes, reviviendo los ataques del 19, 20 y 21 de abril.
El grueso de la movilización de las madres no logró entrar a la UCA. Jóvenes en motocicletas, campesinos, universitarios y pobladores que acompañaban la manifestación se adelantaron para defender a las madres y abuelas y enfrentar los disparos de las fuerzas paramilitares, que salían del nuevo estadio nacional, ubicado detrás de la Universidad Nacional de Ingeniería.
A Jorge Guerrero Rivas lo asesinaron frente a su madre cuando concluía la marcha cerca de la Universidad Centroamericana. Los disparos también alcanzaron a Francisco Reyes Zapata, de 33 años y a Edgard Guevara Portobanco de 38 años. Ambos lograron llegar con vida al Hospital Bautista.
Michael Gonzales Hernández, de 38 años y Francisco García Reyes, de 33, también recibieron impactos de bala, lograron ser trasladados al hospital privado Vivían Pellas. Ambos murieron unas horas después.
La víctima más pequeña de esta masacre fue el niño Orlando Córdoba, de 15 años, quien murió en el hospital Fernando Vélez Paiz. En total en Managua murieron 7 personas.
Masacre con replicas en los departamentos
En el norte del país también se registraron ataques de las turbas orteguistas. En Estelí, el saldo preliminar es de más de 32 heridos y al menos 4 fallecidos que fueron confirmados por el CENIDH. Entre los que se encuentran Alberto Obregón, Dodany Castiblanco Blandón y José Manuel Quintero quienes fallecieron en el Hospital de Estelí; y Jairo Antonio Osorio quien llegó fallecido a la unidad de salud de La Trinidad.
Igualmente en Masaya, la represión del régimen atacó con dureza, confirmando la muerte de Carlos Manuel Díaz, quien recibió un balazo en el pecho y murió en una ambulancia de la Cruz Roja cuando iba camino al hospital.
Por la tarde y parte de la noche también se registraron enfrentamientos en Chinandega que dejaron 3 fallecidos. Fue asesinado el estudiante de nombre Juan Alejandro Zepeda Ortiz y el trabajador de la Alcaldía de El Viejo, Marvin Meléndez, quien formaba parte de las turbas de ataque, armadas por el Gobierno. El jefe de facto de la Policía Nacional, Francisco Díaz informó de un tercer muerto, todavía sin identificar en Chinandega.
Cinismo total
Pasada la carnicería, en una nota de prensa, el régimen de Daniel Ortega condenó «enfáticamente todos los hechos de violencia ocurridos desde el 18 de Abril en Nicaragua y más recientemente los acaecidos ayer, cuando las Familias nicaragüenses honraban a las Madres, en estos días de dolor, y alimentábamos nuestro Corazón de Fé y Esperanza, para alentarnos a seguir trabajando con Firmeza, por la Reconciliación, el Diálogo y la Paz».

En el comunicado leído por Canciller Denis Moncada, el régimen de Daniel Ortega se lava las manos por la masacre que desde el 18 de abril viene perpetrando en Nicaragua y culpa de la violencia y los asesinatos a «grupos políticos de Oposición con Agendas Políticas Específicas, activando formatos delictivos para aterrorizar a las Familias, constituye una conspiración que viola la Constitución de la República y pretende seguir destruyendo la Seguridad y la Vida de las Familias nicaragüenses».
Así mismo el régimen de Ortega asegura que hay «montajes calumniosos, demostrando cada día de dónde proviene esta acción que busca entronizar el caos, acusándonos, cuando la principal prueba de su falacia son los 11 años de Paz».

Y en un acto de cinismo extremo, Daniel Ortega y Rosario Murillo mediante comunicado aseguran que en Nicaragua «no existen fuerzas de choque ni grupos paramilitares afines al Gobierno, por lo que no podemos aceptar que se pretenda acusar de acontecimientos dolorosos y trágicos que no hemos provocado, que jamás provocaremos».
Por su parte el Comisionado Francisco Díaz, dijo que dicha masacre fue cometida por «grupos delincuenciales que operan con pasamontañas en motos, con armas de fuego, morteros y bombas molotov».
No hay dialogo
Debido a la masacre cometida ayer en estos departamentos de Nicaragua, la Conferencia Episcopal de Nicaragua mediante un comunicado repudió y condenó los ataques hacia la población civil que ayer marchaba pacíficamente.
COMUNICADO OFICIAL / 28 DE MAYO 2018: Acuerdos de Comisión Mixta del Diálogo Nacional, integrada por tres miembros del Gobierno de Nicaragua y tres miembros de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, con sus Asesores. >>DESCARGAR COMUNICADO PDF:https://t.co/dk6nVcRHBA
— Comisión de Mediación y Testigos Diálogo Nacional (@de_mediacion) 28 de mayo de 2018
«No se puede reanudar la mesa del Diálogo Nacional mientras al pueblo de Nicaragua se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado».
++++ ACLARACIÓN ++++
Los obispos de Nicaragua en el comunicado de hoy 31 de mayo no hablamos genéricamente de “hechos violentos” sino de actos realizados por «grupos armados afines al gobierno contra la población civil», «asesinando» al pueblo.— Silvio José Báez (@silviojbaez) 31 de mayo de 2018
Por su parte el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua aclaró que los «obispos de Nicaragua en el comunicado de hoy 31 de mayo no hablamos genéricamente de “hechos violentos” sino de actos realizados por grupos armados afines al gobierno contra la población civil», y señala que lo que está cometiendo en contra del pueblo de Nicaragua es un asesinato.
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